Ꮺ ָ࣪ capítulo O1 𓂃

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En una zona bastante tranquila donde sólo se escuchaba el sonido de las risas de unos pequeños niños que se encontraban jugando en un pequeño parque, los pocos carros transitando, el olor de un pequeño puesto de flores mezclado con los exquisitos aromas salientes de las cocinas de las pequeñas y viejas casas. Se ubicaba un edificio bastante bonito y con un diseño tradicional no muy lujoso, pero bastante acogedor.

-Parce un buen lugar y para nuestra suerte a un precio bastante accesible. - Dijo el rubio de labios carnosos.

Jeongin asintió mirando con asombro el edificio.

-Cuando veníamos en el auto vi que había un parque cerca... Más tarde podemos ir a pasear y quizás comer un helado. - Dijo tímidamente el pequeño Jeongin jugando con sus manitas regordetas.

Jaemin sonrió enternecido acariciando el cabello de su hermano.

-Claro que sí, cariño, cuando terminemos de acomodar nuestras cosas podemos salir y aprovechamos a comprar algo para comer.

Jeongin sonrió entusiasmado. -Está bien, Nana, déjame ayudarte con esa caja. - Dijo con una gran sonrisa el menor. -Por cierto, ¿cuál es nuestro piso?

-El tercero era el único con departamentos desocupados. - Suspiró al imaginar la cantidad de escaleras que debía subir y bajar a diario.

-Bueeeno... Sólo espero que tenga elevador.

Jaemin rio internamente. Su hermano y él compartían muchas cosas, incluyendo pensamientos, pero de todos modos debía darle un buen ejemplo.

-No seas flojo, Innie, sólo son unos cuantos escalones, con el tiempo te vas a acostumbrar. - Dijo el alto acariciando los castaños y sedosos cabellos del menor. -Toma. Lleva esta caja mientras yo voy a pedir las llaves.

-Ok, conejito. - Exclamó haciendo el saludo de soldado. -Pero sólo lo hago porque en verdad tengo hambre y quiero acabar pronto.

Después de dos horas entre subir y bajar, lograron dejar todas sus cosas dentro del departamento, acomodando sólo lo que necesitaban en el momento. En el fin de semana próximo se dedicarían a desempacar todo, ya que el lunes ambos empezarían de nueva cuenta sus estudios y, en caso del mayor, también comenzaría en su primer trabajo.

Alrededor de las 9 de la noche, regresaron al departamento después de una linda tarde conociendo los sitios cercados al edificio. Incluso el menor consiguió un amigo, un poco extrovertido, pero bastante amigable, también un poco loco pero agradable, con una peculiar mirada como de fastidio... En fin, un gran chico.

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-JEONGIN, DESPIERTA, SE NOS HACE TARDE. - Gritó Jaemin con desespero.

Desempacar hasta tarde no había sido la mejor decisión, ambos estaban demasiado cansados y, ahora, bastante retrasados.

-YA VOY. - Gritó el castañito parándose de la cama a una velocidad increíble. -¡Sólo dame 5 minutos y estoy listo!

-No puede ser, nuestro primer día y ya vamos tarde. Creí que en verdad podíamos empezar bien, pero veo que me equivoqué. - Se regañaba el peliblanco mientras se ponía sus pantalones.

Después de 20 minutos, tanto el castañito como el alto se encontraban en la entrada del colegio del menor, para su gran suerte habían llegado 5 minutos antes de la entrada.

-Ok, llegamos justo a tiempo. - Dijo soltando un suspiro. -Vendré por ti a las 2 de la tarde, después te llevare al departamento y ahí te quedarás hasta que yo salga del trabajo.

Jeongin formó un puchero, pero igual asintió.

-¿Como a qué horas estarás en casa? - Preguntó revisando que tuviera todo en su mochila.

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