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Ꮺ ָ࣪ capítulo 13 𓂃

El sonido del golpe en la puerta de madera irrumpió su apreciada siesta. Después de todas las emociones del día, solo necesitaba descansar, pero tal parece que aún no era tiempo.

–Nana. – Habló el menor asomando apenas su cabeza.

Jaemin se sentó en la cama haciendo un movimiento con la cabeza para que el otro siguiera hablando.

–Jen dice que bajes a cenar.

–Ok, dame un momento.

–Sí. – Jeongin miró alrededor de la habitación pensando si anticipar a su hermano de la visita.

–¿Qué pasa, Innie?

–Jeno trajo a Yaşemin y creo que se va a quedar aquí.

Jae lo analizó un momento y asintió. –Bien, funcionará con lo que tengo que hacer.

–¿No te molesta que ella esté aquí?

–Claro que sí, pero no se los haré saber. No soy tan tonto, Jeongin.

–Bueno. – Se encogió de hombros. –Tú sabrás lo que haces.

–Confía en mí, ¿cuándo te he decepcionado?

–Nunca.

–Ahí está. Dame un minuto. – Abandonó la comodidad de la cama para arreglar su cabello antes de bajar a cenar.

Jeongin asintió saliendo de la habitación. Jaemin respiró hondo, no iba a permitir que Yaşemin arruinara su paz.

Al cabo de unos minutos, Jaemin entró al comedor con su expresión más relajada y sonrió a los presentes.

–Buenas noches. – Dijo sentándose a un costado de Jeno. –Yaşemin, que bueno verte.

La mencionada, sentada frente a Jaemin enarcó una ceja. –Pensé que no te gustaría verme aquí.

–Que cosas dices. – Sonrió antes de llevar la copa de agua a sus labios. Después de beber tan provocativamente, o al menos así lo vio Jeno, continúo hablando. –No me molesta en lo más mínimo tu presencia... Con que no te acerques con malas intenciones todo estará bien.

–¿Cómo puedes seguir mintiendo con tanta tranquilidad?

–Yaşemin. – Jeno trató de detener la posible discusión.

–Jeno, déjala que hable, no me molesta.

–Jaemin, no hemos tenido la oportunidad de hablar sobre tu pequeña mentira.

–¿Cuál mentira? – Dijo cortando su filete.

Jeongin intercambiaba miradas con Jeno, quien le pedía, casi a gritos silenciosos que le ayudará.

–Lo que sucedió en el hospital... Sabes muy bien lo que pasó.

–Cierto. – Le lanzó una fría mirada. –Me amenazaste y luego me agrediste.

–¡Deja de mentir, Jaemin!

–Suficiente Yaşemin. – Sentenció el mayor. –Nana no está en condiciones para que lo molestes.

–Jeno, entiende que Jaemin te está mintiendo.

–Señorita Yaşemin, le pido amablemente que deje de incomodar a mi hermano. – Dijo el menor con una sonrisa fingida. –Ya ha tenido suficiente con los corajes que le hace pasar Jeno para que usted le agregue más.

La pelirroja asintió. Nunca pensó que ese muchachito embarazado le estuviera haciendo las cosas difíciles.

Después de unos minutos de silencio incómodo, donde solo se escuchaba el sonido de los cubiertos chocar con la vajilla, Jaemin habló.