Ꮺ ָ࣪ capítulo 29 𓂃

781 67 11
                                    

Moviendo sus dedos impacientemente sobre el mármol del lavabo, esperaba el resultado de la prueba. La ilusión de tener otro cachorrito no lo había dejado dormir. Tenía seleccionando sus días fértiles en el calendario y, si su memoria no fallaba, había estado con Jeno justo en esos días, nada podía fallarle.   

Cerró los ojos por un par de segundos antes de dirigir su vista a los resultados. Lo primero que vio hizo que su corazón latiera con rapidez.   

–¡Estúpida prueba! – Exclamó lanzándola lejos de su vista. –¿¡Cómo puede ser negativa!? Dejé de tomar las pastillas hace dos meses. ¡Por Allah!    

La persistencia era una de su virtudes, pero también considerado un defecto; tuvo que realizar tres pruebas más para asegurarse que no estaba esperando a otro cachorrito.   

–¡SOY UN INÚTIL! – Gritó dejándose caer de rodillas en el frío suelo.  

Las lágrimas no esperaron más y escaparon de sus hermosos ojos, al igual que fuertes sollozos de su interior.  

–Ni si quisiera sirvo como una simple fábrica.

Sus redondas mejillas estaban húmedas, los ojos estaban rojos y sus labios temblaban mientras ahogaba su llanto.   

Jeno escuchó en medio de su sueño sollozos, por lo que, frunciendo el ceño, abrió lentamente los ojos. Con su pálida mano izquierda buscó al dueño de su corazón, más no lo encontró y ahí fue cuando despertó de golpe. 

–¿Nana? ¿Amor? – Dijo tallando sus ojos para ver mejor.   

Buscó a su alrededor, pero no lo ubicó hasta que escuchó un llanto y notó la luz del baño encendida.   

Confundido se paró de la cama y sin buscar sus pantuflas caminó hasta el baño. Al abrir la puerta encontró a su precioso novio de rodillas llorando incontrolablemente.   

–¡Jaeminnie! – Exclamó corriendo hacia él. Se hinco para estar a su altura y sin pedir explicaciones lo abrazó.   

Jae correspondió al abrazo escondiendo su carita en el espacio libre entre el hombro y la cabeza del mayor. Así estuvieron por un par de minutos, en los cuales, Jeno se dedicó a besar la rubia cabellera y dar caricias a lo largo de la espalda del menor.   

–¿Ya estás mejor?

Jeno se separó lo suficiente para ver su rostro mientras el otro asentía lentamente.  

–Sí. – Susurró con voz grave a causa del llanto. 

–¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué llorabas?   

El rubio hizo un puchero haciendo notar más sus mejillas, el pelinegro no dudó en besar ese pequeño gesto.   

–Y...yo creí. Creí que estaba embarazado.

Al escuchar la razón del llanto, el más alto se tensó aparentando la mandíbula, ya no le quedaba duda de por qué lloraba. 

–Mi amor, no importa el resultado que obtuviste, no permitas que algo así te afecte. Nos afecte.

–No estoy embarazo. – Dijo con voz firme. –Ya no te sirvo.   

Lee negó tomando el rostro contrario entre sus manos.  

–Escúchame bien, Jaemin. – La mirada del mayor lo asustó un poco. –Tú no estás aquí sólo para darme hijos. Quizás fue la manera en que nos acercamos, pero eso no significa que solo te quiera para tener hijos. Yo te amo, amo estar contigo, despertar todas las mañanas viendo tu bonito rostro, amo compartir el desayuno con nuestros hijos y con tu hermano. Amo entrar a ese armario. – Señalo sin mirar. –Y recordar lo más hermoso que tengo en la vida. Amo volver del trabajo y que me recibas con una lluvia de besos junto con un poco de baba de los trillizos. – Rio tiernamente acompañado del otro. –Amo todo de ti y todo lo que te implique. No me importa si tenemos o no más hijos, lo único que me importa es estar junto a ti, junto a las personas que amo.  

! ׅ࣪ diseñando tu bebé ׅ ࣪ nomin ✶ ~ ࣪ ׅDonde viven las historias. Descúbrelo ahora