CAPITULO 5 Mi héroe

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Este capítulo esta lleno de sucesos que desencadenan situaciónes peligrosas para Emma, pero ella cuenta con Alex si, el chico fuerte y seguro de si mismo. Y quien dice tal vez pase algo entre ellos ho...no! ¿TÚ que quieres? ¿Qué personaje te gusta mas? No dejes de comentar y si te gustó hasta ahora lo que leíste comparte.
Saludos para todas/os ♡♥♡

Emma:

Ya estábamos cerrando y Paul seguía riendo como loco por el corte de pelo que le hice a aquel perro, prácticamente lo desfigure, por suerte Paul me salvo diciendo que como tenía un problema en la piel era mejor pelarlo, de lo contrario su dueña aún estaría insultandome. ¡Estoy feliz! aquí hay mucho que aprender, Paul me trata como una amiga, nunca me da órdenes y al principio me resultaba extraño ahora a decir verdad me encanta.
-¡su rostro cuando lo vio!- decia entre carcajadas.
-¡ese perro me odia, no dejara que vuelva a tocarlo nunca!- le conteste haciendo puchero, mientras Paul no paraba de reir.
Estábamos despidiendonos con un abrazo y un beso en la mejilla, cuando una acelerada nos asustó.
- ¡creo que vienen por ti, hasta mañana Emma!- me saludo y saludo a Alex con una sonrisa, pero el solo lo observó con mala cara, me sentí incómoda y me apresuré a subir con Alex. No sabia a donde íbamos, y su actitud no me gustó para nada Paul era una gran persona y no me gustó su indiferencia.

Llegamos a un pequeño bar, nada igual a los lugares que el suele frecuentar, este lugar era tranquilo con música de blues.
- ¡es muy lindo!- me fascinaba que me hubiera traído a un lugar así y no a los típicos antros de motociclistas.
-antes solia venir seguido- contesto observando el lugar como si le trajera recuerdos.
-¿y porque no vienes más?- ¿cual seria el motivo? ¡tal vez recuerdos de alguna novia!
-¡prefiero no hablar de eso!- contestó serio y entendí que no le agradaba que le preguntarán sobre eso.
Tomamos unas cervezas y la hora paso demasiado rápido.
-¿y que te gusta tu jefe?- casi me ahogo con la cerveza por su pregunta no por la pregunta en si, si no por la forma en que lo hizo.
- ¡es mi jefe y es una gran persona!- conteste en el mismo tono que el pregunto.
-¡creo que le gustas!- solto observándome, analizando mi reacción.
-y si le gustara ¿cuál seria el problema? el es soltero y yo también- si cree que su pregunta me va incomodar esta equivocado.
-¡creía que eras más del tipo de mujer... mas aventurera!- ni siquiera se cual es mi tipo, hasta ahora no he tenido suerte, tal vez alguien como Paul fuera el indicado.
-¡quien dice tal vez ese sea mi error, tal vez necesite alguien como el!- hizo un gesto de asco que me causó mucha gracia pero preferí terminar la conversación.
Ya eran cerca de las doce y me llevaba a su casa, bueno ahora mi casa por un tiempo.
-¿así que dices que te gustan aburridos? - me dijo mientras conducía.
-¡yo no dije aburridos!- le chille
-¿eso es lo que tu crees?, yo se que no es así, a ti te gusta esto- me dijo y repentinamente aceleró, me agarre fuerte de el, casi clavando mis uñas.
-¡eres un loco!- le grite enojada pero a la vez con una adrenalina que me hacía perder el miedo. Aceleró más aún y tomo una ruta que costaba las hermosas colinas, lejos de sentir miedo al ver el precipicio no podía dejar de ver y sentir el viento fresco y bienvenido en mi cara, no se porque, con el mis miedos desaparecían y me sentía segura, cuando debería huir de el, porque es todo lo que alguna vez odie y me parecía inapropiado, pero aquí estoy dejándome llevar, a toda velocidad con el viento que sopla y parece darme alas, alas a la libertad. Llegamos a la casa y no esperaba ningún tipo de saludo, se que odiaba hacer esas cosas, pero para mi sorpresa se quitó el casco.
-¿ crees que el pueda sacar esta parte de ti?- eso si no lo esperaba, esa pregunta era extraña, pero a la vez el sabía bien qué todo esto que parece una locura me gusta mas de lo que debería.
-¿no lo se?, no se si tampoco yo debería hacer esto- conteste nerviosa y deseando entrar ya a la casa. Di media vuelta para entrar pero al parecer el no había terminado.
- ¿no vas a saludarme? - eso era toda una sorpresa el pidiendo que lo salude.
-¡claro!- conteste rápido y sorprendida. Me acerqué para darle la mano pero el tiro de ella para acercarme a el y como si todo confabulara contra mi poca cordura, me encontraba a solo cinco centímetros de su boca, por suerte era de noche porque seguramente estaría como un tomate. Me fue imposible no ver esos ojos tan extrañamente encantadores, y el solo miraba mis labios, y en un movimiento casi a cámara lenta roso imperceptiblemente mis labios con los suyos para luego darme un pequeño beso en la mejilla. Me aleje sonriendo como idiota sin articular palabras y cuando estuve dentro, solo pude apoyarme de espaldas a la puerta y cerrar mis ojos repitiendo lo sucedido en mi cabeza.

Alexander   Amor Y OrgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora