capítulo 4 no todo esta perdido

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Emma:

Llegamos a esa bella casa a las afueras de la ciudad, ese lugar era realmente hermoso, lleno de plantas y flores, que pintaban el lugar de verde.
El observaba aquella casa pensativo con su expresión dura, era como si estuviera recordando algo, ¿que seria eso que lo tenia asi tan absorto?.
-¡este lugar es hermoso!- dije cortando sus pensamientos repentinamente.
-ahora es mio- me dijo con su voz ronca.
-¿la has comprado?- esa respuesta me tomo de sorpresa, si bien en cada carrera ganaba buen dinero, no se si seria suficiente para comprar un lugar así.
-no, la he heredado- su cara se entristeció al decir aquellas palabras, me sentí una estúpida por haber preguntado.
-¡lo siento, no fue mi intención!- el se acerco a la puerta y saco un juego de llaves.
-mi madre me la ha dejado, ¡menuda mierda hacerlo!, solo lo ha hecho para hacerme daño- su voz sonó fría y entendí que dentro de el había mucho dolor por causa de su madre.
No supe que decir o mejor dicho no me correspondía decir nada, el hablaba de su vida y yo no sabía nada como para juzgar su actitud.
Entramos a esa bella casa y era realmente grande, tenia un recibidor y a la derecha se encontraba la sala de estar, a la izquierda el comedor, era tan grande que de seguro cabrían unas quince personas, además los muebles eran de madera con un exquisito gusto. La cocina era presiosa, manteniendo la linea del resto de la casa, tenía una gran mesada y una isla con altas banquetas, ademas también un baño en la planta baja. Arriba tenía tres habitaciones grandes, pero la que estaba dando al frente tenia la vista mas hermosa, además de baño privado, mientras que las otras dos compartian el otro baño.
-¿Qué haras con ella?- de seguro piensa venderla, no creo que quiera vivir con aquellos recuerdos.
-pienso venderla- como lo imaginaba.
-¡pero ahora tengo otros planes para ella!- tal vez quiera demolerla pensé, aunque sería una lastima porque es muy bella y esta en óptimas condiciones.
-¿y esos planes involucran una demoledora?- se que no es de mi incumbencia, pero quería saber realmente que pensaba hacer.
-¡no!, te involucra a ti-¿acaso escuche mal?
- ¡disculpa no entendí!- ¿era una broma verdad? el no puede hablar en serio.
-no es tan loco, tu necesitas un lugar y yo tengo uno, se que esta lejos pero creo que eso se puede solucionar- ¿el me está ofreciendo su casa?¿porque se preocupa por mi?, me sentí mal por encontrarme en esa situación, no me gustaba que me tuvieran lastima.
-no necesito tu lastima Alex yo me las arreglaré sola- le contesté enfadada, odio que me tengan lástima, que me crean tan poca cosa, se valerme por mi misma.
-¡espera no es así, a decir verdad tu me estarias ayudando a mi, cuidarás de ella hasta que consigas solucionar tus asuntos y yo no tengo que preocuparme por que se deteriore o la usurpen!- me contestó sereno con su rostro relajado.
-te lo agradezco pero ¡no!, no lo haré- mi voz sono dura y molesta, no queria que me viera así, desencajada y en las ruinas total, era demasiado vergonzoso era humillante haber llegado a esa situación, se que sus intenciones eran buenas, pero el es casi un desconocido ¿porqué quiere hacer esto por mi?.
-escucha solo tenlo en cuenta, me estarías ayudando tu a mi- se dirigió tranquilo a la puerta y subimos a su moto, me llevo hasta mi departamento, ¡es gracioso decir eso a esta altura! Nos despedimos rápidamente, solo quería entrar y seguir torturando mi cabeza, debi dejarlo en la cárcel, ahora el estará seguramente haciendo de las suyas mientras que yo me quedaré en la calle.
Faltaban tres días para que me fuera del departamento y aun no tenia donde ir o un nuevo trabajo, pero la dueña apareció sin avisar a decirme que debía dejar el departamento, o al día siguiente sacaría mis cosas a la calle.
-¡pero faltan tres días!- le dije furiosa y lloriqueando.
-¡lo siento, el plazo se cumplió, sino sacas tus cosas las arrojaran a la calle!- contestó indiferente con su actitud sobrante y dio un golpe a la puerta al hirse.
Ahora si había tocado fondo, estaba literalmente en la calle.
Me puse a llorar como una tonta tratando de pensar que era todo una pesadilla, ¡si eso una pesadilla! debía pensar, debía tranquilizarme y encontrar una solución, llame a mis amigas tal vez alguna de ellas pueda ayudarme.

Alexander   Amor Y OrgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora