Capítulo 38 - Alimentando el odio

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Emma:

Nunca imaginé que al llegar a mi casa todo eso pasaría. Había hablado con Tyler y le había contado todo lo que Sarah me había contado, llegue más liviana al confiarle a mi amigo lo que sabía, pero todo se volvió un caos cuando el maldito cara de perro, irrumpió en mi casa, me defendi cuanto pude, pero era demasiado fuerte.

Ahora estoy aquí no se donde, amordazada y en una habitación oscura. El maldito infeliz entró y me quito la mordaza.

-¡déjame ir enfermo!- el me miraba con burla.

-¡shhh! ¡portate bien! ¡ella te detesta y si la haces enojar te hará daño!- miró hacia un rincón y alguien entre la oscuridad comenzó a hacercarce hasta que la vi claramente.

-¡Irina!- me miró con asco como si estuviera mirando algo podrido.

-¡la misma! ¿aún no entiendo que te vio? ¡en fin! ¡gracias a ti me salvare de la miseria!- ¡nunca le importó Alex!

-¿porque nos hiciste tanto daño? ¿Qué mal te hicimos?- ella me miro incrédula.

-¡tuve la esperanzas de que se enamorara de mi! ¡pero ni aun creyendo que era tu hermano dejó de amarte! ¡lo odié por eso te odié por tener su corazón! ¡me conforme con ser solo una distracción para él! Pero cuando me despreció y hecho de su vida todo lo que sentí por él se transformó en odio ¡venganza y odio! ¡Luego aparecieron los problemas financieros de mi familia y pensé! ¿ porque no?- caminaba de un lado a otro con altanería.

-¡no puedes obligar a nadie a que te ame! ¡lo siento por ti! ¡lo mejor hubiera sido seguir con tu vida y encontrar a una persona que te ame!- se acercó repentinamente a mi y me miró con bronca.

-¡cállate! - me gritó enfurecida y sin más me dio una bofetada, que dejó caliente mi mejilla.

-¡te dije que no la hagas enfadar!- el maldito se sonreía gozando la situación.

-¡toma! Alguien te quiere escuchar- me acercó el celular a mi oreja y entonces su voz llegó a mi haciendo que mil lágrimas brotaran sin parar.

-¡Alex mi amor!- era la primera vez después de tanto tiempo que le decía así ¡y dios sabe cuanto lo extrañaba!

-¡mi amor!...¿estas bien?- su voz era temblorosa y me lo podía imaginar dando vueltas de un lado a otro con el celular.

-¡estoy bien! ¡yo te amo!- no sabia cuales eran las intenciones de Irina pero al menos le diría que lo amaba.

-¡yo también te amo mi ángel! ¡iré por ti mi amor no dejaré que nada te suceda!- élla alejo el teléfono de mi oído poniendo los ojos en blanco.

-¡basta tortolitos! ¡es hora de negocios! ¡si quieres volver a verla deberás pagar! ¡diez millones! ¡cuando tengas el dinero te volveré a llamar para arreglar el intercambio! ¡y una cosa más, si informas a la policía olvídate de ella!- corto a penas término de decirle aquellas cosas.

Las horas pasaban, tenia los ojos cansados e irritados de tanto llorar, mi garganta estaba seca y solo pensaba en Michael, mis amigos y Alexander, ahora que nada se interponía entre nosotros la vida volvia a jugar en nuestra contra.
La puerta de la habitación se habrío y Irina junto con ¿Brenda?.

-¡soy su hermana! ¿no lo esperabas verdad?-

-¡pero tu estas...!-

-¡no todo fue parte del plan! ¡no existe tal embarazo!- Sarah tenía razón, todo era mentira.

El enfermo de Hunter me tomo con brusquedad y me hizo andar hasta una camioneta con los vidrios polarizados, me senté en la parte de atrás con mis manos amarradas y luego me vendo los ojo, subió al asiento del conductor y nos marchamos dejando a Irina y Brenda allí.

Alexander   Amor Y OrgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora