Dorado

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~Brooklyn (loft)~

Alec ••

–¿Alec?

–Jace –respondo aun adormilado –. Son las... –veo el reloj digital– tres cincuenta y ocho de la mañana. Más vale que sea bueno.

–Oh, lo es –se oye animado, esto es por de lo que imaginé–. Hay un brujo causando líos en Barcelona...

–No estamos en Barcelona.

–Espera. Y resulta que el brujo se transportó aquí. Lo localizaron en una bodega en Long Island, ¿vienes?

–Suena prometedor. Te veremos allí.

–¿Cómo que "veremos"?

–Magnus viene, es un brujo después de todo.

–Bien, que venga.

Cuelgo y me levanto de la cama estirando mis huesos. Muevo a Magnus del hombro y comienza a reaccionar.

–¿Mmm?

–Despierta, amor, vamos a salir de cacería.

.

~Bodega Castello Di Borghese~

Llegamos y veo a lo lejos a mis hermanos y sus parejas, todos listos para la batalla.

–¿Él no sabe que estamos afuera? –pregunto al grupo.

–No, así que debemos hacer esto rápido –apremia Jace.

–¿Por qué es tan terrible? –cuestiona Simon.

–En Barcelona robó unos ingredientes... poco frecuentes –contesta Clary.

–¿Qué tanto? –pregunta Magnus.

–Cabello de hada, saliva de vampiro, sangre de hombre lobo... Esas cosas y no precisamente lo pedía.

–¿Para qué lo querría?

–No lo sabemos –acepta Jace–. Pero vamos a averiguarlo. ¿Listos?

Todos asienten y Jace patea la puerta abriéndola de par en par. Entramos como un grupo militar y me quedo quieto ante la escena que hay frente a nosotros. El brujo está de pie, vestido únicamente con un pantalón de mezclilla, su cabello es morado y tiene un ojo extra al centro de la frente. En una especie de altar se encuentra el cuerpo de una mujer, tiene el estomago abierto y las manos del brujo están hundidas en él, como si fuera un recipiente. >Qué asco.<

–Nefilim –saluda el brujo con un muy macado acento español–. No recuerdo haberos invitado.

–No lo hiciste –Jece logra salir del shok–. Ya sabes que estamos invitados a todas las fiestas.

–¿En verdad? –el brujo saca las manos que están cubiertas en sangre–. Bueno, esperaba tener otros conejillos de indias, pero vosotros servirán.

Lanza de su mano fuego dorado que hace romper la formación. Así comienza el ataque y chispas doradas se ven por todos lados. Me refugio detrás de unas cajas y preparo el arco, me asomo ligeramente y al tenerlo en la mira disparo, el disparo es limpio y va directo a su cráneo cuando alza la mano y detiene la flecha. El brujo mira mi flecha con diversión.

–Aquel que me haya enviado esto –alza la flecha–. Gracias.

La flecha brilla dorada y pronto todas en mi carcaj igual, dejando al descubierto mi posición. Me muevo para evitar el fuego y quedo cara a cara con el brujo.

–Eres un idiota.

–Sólo un hombre puede llamarme así.

Me quito el carcaj y saco un cuchillo serafín de una correa en mi cintura. "Daniel" susurro y el brujo retoma su ataque, esquivo el fuego y veo por el rabillo del ojo que Jace se acerca por detrás, está a punto de alcanzarlo... y el brujo lo ve. Lo toma del pecho y empuja al otro extremo de la bodega. El brujo camina hasta Jace y alza la mano rodeada de chispas doradas. Por instinto corro y me atravieso entre él y mi parabatai... las chispas me golpean en el pecho y lo siento caliente, casi reconfortante, la sensación se expande por todo mi cuerpo y lentamente todo a mí al rededor se vuelve negro.

Magnus **

En cuanto el brujo comenzó su ataque me refugié detrás de unas tuberías junto a Simon y Clary. Las chispas volaban y creé una pared protectora para que ningún rebote nos hiciera daño. Esas chispas no son normales, siento una magia extraña en el aire cada vez que son lanzadas. Me asomo al ver un reflejo dorado y veo a Alec hablar algo con el brujo antes que el ataque comience, pero veo que Jace se acerca por detrás y eso me tranquiliza.

–Ten cuidado, Jace –susurra Clary.

–Estará bien, es...

Me interrumpo al escuchar el sonido de algo chocando, cuando me asomo, Jace está en el piso y el brujo apunto de atacarlo, pero un cuerpo interfiere y recibe las chispas doradas. Alec. Las chispas lo envuelven y cuando éstas se dispersan dejan únicamente un montón de ropa.
Alec no está, desapareció, Alec, Alec...
El brujo retrocede mirando el montón de ropa y armas con desconcierto.

–Pero esto no debería ser así.

–¡Infeliz! –Isabelle sale con su látigo listo– ¡Muérete!

Alza la mano y lo ataca, pero el brujo lo detiene y jala el látigo, haciendo que Izzy se arrastre por el piso hasta quedar frente a él.

–¿Otro intento?

El brujo alza la mano y destellan chispas doradas. Está a pocos segundos de atacar, cuando, sin pensarlo ni un segundo, me interpongo y recibo el ataque. Tal vez pueda llegar a donde sea que envió a Alec.
Siento algo cálido envolver mi cuerpo y poco a poco todo a mi alrededor se desvanece.

Malec ¿otra vez? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora