Lorina

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~Casa de campo Warroway~

Jonathan ||

–Muy bien chicos, pueden bajar.

Exasperado por la platica tan sentimental y empalagosa entre Marine y mi hermana, bajo lo más rápido que puedo. Afuera, mis abuelos Jocelyn y Luke nos esperan. Ellos se mudaron al campo hace un año para tener paz, y nunca desaprovechamos en venir cada vez que podemos, siempre y cuando no sea luna llena.
Caminamos hasta la casa seguidos por mis tíos Simon e Isabelle, mi tía mantiene una especial sonrisa desde que Lucas aviso que no podría venir, ya que se iría a Los Ángeles con su familia. Cuando miro a Lucas y Alec tan acaramelados me pregunto por qué a un hombre le gustaría otro hombre cuando las mujeres son hermosas. Pero no los juzgo, es su problema.

–¡Jonathan! –me recibe mi abuela– Cariño, ¿cómo has estado?

–Muy bien, abuela –la cargo y doy una vuelta con ella–. ¿Subiste de peso?

Mi abuela me golpea y yo la bajo divertido. Una vez en el piso, Luke se me acerca con una sonrisa.

–Jonathan, me alegro de verte.

–A mí también me da gusto, abuelo –nos estrechamos las manos y después golpeamos los puños.

–Hombres –se lamenta mi abuela.

–Somos más cariñosos ¿verdad?

Mi abuela ríe y yo hago lo mismo. Amo hacer reír a mi abuela.

–Pero pasen –invita Luke–. Debió ser un largo viaje.

–No tienes idea.

Mi hermana me mira mal y yo hago lo mismo antes de dirigirnos todos a la puerta. El calor me golpea y ya no es necesaria mi chamarra negra, la dejo colgada en unos ganchos junto a la puerta y entro a esta casa tan familiar y rústica.

–¿Algo de beber? –pregunta mi abuelo a todos los presentes.

–Agua –pido y él asiente.

Marine, Amatis y Magnus piden café, Alec agua, mis padres un poco de jugo, mis tíos Simon e Isabelle un vino y mi abuela té.

–Te acompaño –me ofrezco y sigo a mi abuelo a la cocina.

–¿Puedes calentar el agua? –pide mi abuelo mientras saca una botella de vino tinto.

–Claro –lleno la tetera de agua y la coloco en la estufa que enciendo sin problemas.

–Y cuéntame, Jonathan, ¿cómo te ha ido?

–Bien, no me quejo.

–Molly me dijo que tú y Megan han estado muy unidos.

Molly es la nueva líder de la manada. Cuando mi abuelo se mudó, él la dejó a cargo de manera permanente.

–Es una buena amiga –respondo sin importancia.

–Es como mi hija. No me gustaría que saliera lastimada.

–Abuelo, Meg es una amiga y sé cuánto te importa ¿está bien? No la lastimaré.

–¿Lo prometes?

–Prometo que no le daré esperanzas.

Catarina }{

–Lo siento, cariño, pero quiero pasar tiempo con unos amigos –repite Lou por teléfono.

–Ya sé, pero... Pensé que este año estarías conmigo –sé que me debo escuchar muy infantil pero no me importa.

–Amor, sabes que lo que más deseo es estar a tu lado. Pero a estos amigos no los veo desde hace unos setenta años. Tú entiendes ¿verdad?

Malec ¿otra vez? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora