Malec ¿otra vez?

Perú 3/3

Cuando aparezcan letras en negrillas quiere decir que se habla en otro idioma.

~Lima (Aeropuerto internacional Jorge Chávez)~

Alec ••

–¿Ves? No estuvo tan mal –le repito a Magnus quien sale del aeropuerto con cara de pocos amigos.

–¿No estuvo tan mal? ¡Estuvo peor!

–Exageras.

–Viajamos nueve horas atrapados en esa cosa que sólo sabía moverse como maraca –Magnus cuenta con los dedos–. Un niño estaba llorando atrás de mí y no pude dormir bien. Una señora con aliento a ciruela me pidió que cambiara de lugar, y terminé entre dos obesos que lo único que sabían hacer era gritarse sobre qué tan rica era la comida.

–A mí la señora me agradó, era muy buena en póker –bromeo tratando de que lo olvide, pero Magnus es Magnus.

No olvidará esto, a menos que...

–Garbancito ¿me ayudas con las maletas? –le pido en un tono dulce.

Automáticamente la expresión cambia en el rostro de Magnus. Ahora parece más él mismo que un duende sin trabajo en navidad.

–Claro, Garbancito –responde y toma una de sus maletas.

Sabía que ese nombre le gustaría, porque hoy que llegó por mí al Instituto tenía una playera negra que decía eso en letras formadas con lentejuelas. Al parecer se le ocurrió de pronto y le pareció perfecto llamarme así. Después que Magnus me ayuda arrastrando una de sus cuatro maletas, nos dirigimos a un lugar para pedir taxi.

–¿Sabes cómo pedir uno?

–Claro que sí –responde indignado y se acerca a un hombre.

Logro escuchar palabras sueltas, pero no las entiendo, sin duda hablan en español. Después de unos minutos, Magnus regresa.

–¿Qué le dijiste?

–Si sería tan amable de llevarme a un hotel, el más fantástico que exista.

–¿Y qué te respondió?

–Que no le llame así a su madre y que no existe ningún "Hotaco" por aquí.

El hombre detrás de Magnus lo mira bastante furioso.

–Bueno ¿sabes dónde queda un hotel por aquí? –pregunto esperanzado de poder tomar un descanso.

Las maletas de Magnus no son nada ligeras.

–Tranquilo, Garbancito, déjamelo a mí.

Magnus nuevamente se aleja y camina a otro hombre. >Espero que esta vez no ofenda a la madre de nadie.< Al parecer no es así ya que el hombre le sonríe y abre su taxi.

–¡Vamos, Alec! –me grita sonriente y yo jalo como puedo las cuatro maletas.

El hombre es muy amable, guarda las maletas en la cajuela mientras nosotros subimos a la parte trasera del taxi, que por suerte son de un color amarillo casi iguales a los de Nueva York. Durante el camino decido mirar la ciudad, veo por aquí personas un poco más morenas y bronceadas, los edificios son en su mayoría modernos, pero también un tanto históricos, en realidad es un lugar hermoso.
El taxi se detiene después de algunos minutos dejándonos frente a un enorme edificio cuadrado con unos hombres frente a la puerta en la cual se lee el nombre "Hotel Hilton" debajo de un logo formado por una H en un una especie de circulo.

–Buen día señor, ¿tienen reservaciones? –uno de los hombres abre la puerta del taxi por donde sale Magnus y yo detrás suyo.

–No, pero mi novio y yo quisiéramos hospedarnos en este maravilloso lugar –responde Magnus al hombre en lo que supongo es español.