Partenidad

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~El lobo de jade~

Luke ++

–Luke.

–¿Mmm?

–Está despierta.

–Sí.

Con gran dificultad abro los ojos, veo a Jocelyn acomodarse en la cama y pienso que mañana descansaré igual de bien cuando le toque al próximo lobo. Tomo el monitor del escritorio y me dirijo al cuarto de la bebé, como hay tantos cuartos no fue difícil darle uno a cada uno.
La habitación marcada con el número cinco es un poco pequeña, con las paredes amarillas y una escena de Wennie Poo pintada en el techo, cortesía de Clary. La bebé Megan llora en la cuna. No la había conocido mucho porque era nueva, lo único que sé de ella es que solía vivir en San Francisco, pero sin duda ahora tendremos un lazo más estrecho.
Tomo a la pequeña en brazos y me paseo por la habitación al tiempo que le doy biberón. Sé que debería estar cansado o quejándome, pero adoro la sensación de tener a una criatura en mis brazos, incluso me hace ilusión que pueda llamarme...

–Papa –susurra la pequeña.

Con los ojos muy abiertos la observo mientras se re acomoda contra mi pecho.

–Papa –Megan toma un pedazo de mi playera.

No podría estar más feliz. Ella acaba de llamarme papá. Sin saberlo, esta pequeña me ha dado uno de los mejores días de mi vida.

.

Después de dormir a Megan regreso a mi cuarto, o esa era mi intención hasta que una voz me detiene.

–... ¡El rey esta en calzoncillos!, gritó el niño –era Maia.

De puntillas me acerco a la habitación marcada con el número tres. Giro lentamente la perilla y abro la puerta lo suficiente para ver dentro. Maia está sentada en una mecedora con el pequeño Bat en sus piernas y un libro en sus manos.

–El carruaje se detuvo de pronto ante tal escándalo. ¡Niño ignorante, el rey tiene un traje tan divino que sólo los que no sean aptos para su trabajo o verdaderamente tontos, no podrán verlo! Habló un duque de la corte. Pero el niño se cruzó de brazos y muy seguro dijo: Yo no trabajo y no soy tonto, el rey está en calzoncillos. Todos giraron de nuevo al rey y al darse cuenta que el niño tenía razón comenzaron las burlas. El rey...

Cierro la puerta y me alejo para dejar a Maia con su cuento.
Ella decidió encargarse personalmente del cuidado de Bat, por lo que en ese cuarto colocamos su cama y a un lado la cuna.
Seguramente sino hubiera estado con Clary cuando le dejaron de tarea en el preescolar leer ese cuento, no lo habría entendido y hubiera pensado: >¿Por qué un rey estaría en calzoncillos?<

~Hotel Dumort~

Raphael ##

El sol está en lo alto, normalmente yo estaría dormido, pero a este mocoso parece no importarle. Para que no hubiera discusiones entre nosotros, Lily y yo decidimos que cada día nos turnaríamos a cada bebé, y por ser muchos en el clan, eso significaba que no volvería a tocarme uno hasta dentro de tres semanas, pero primero debía sobrevivir este día. El bebé que me asignaron habría cumplido doscientos veintisiete años dentro de unos días... y ahora llora en su cuna. Su nombre: Zeke.

–¿Qué quieres, mocoso? –pregunto sin obtener respuesta.

Zeke llora y puedo ver como pequeños puntos blancos comienzan a asomarse. Sus pequeños colmillos son los únicos dientes que tiene, a lo mejor tiene hambre. Me alejo y llego a la mini nevera para sacar una bolsa con sangre, la vacío en una mamila antes de regresar con Zeke. Lo tomo en mis brazos y le ofrezco el liquido. Zeke lo huele curioso, pero al final acepta y comienza a succionar.
Para que se duerma me paseo por el cuarto y tarareo una canción en español. Aún recuerdo cuando era humano y cuidaba a mis hermanitos, en realidad nunca creí volver a hacerlo, pero el destino es muy curioso.

~Salón del trono Seelie~

Seelie ::

La pequeña Kaelie juega en el pasto a mis pies con una mariposa. Por suerte para mí, sólo fue una y ya la había cuidado antes.
La bebé llora cuando la mariposa vuela muy alto y yo bajo de mi trono para tomarla en brazos.

–Shh, no llores.

Camino al cuarto de la bebé, forrado de pared a pared con pasto, hay un cambiador, una cómoda y una cuna hecha de ramitas, sobre la que descansa su mamila con miel de abeja. Tomó el recipiente de vidrio y se lo ofrezco. Kaelie mueve negativamente la cabeza, entonces la sostengo en alto e inspecciono su pañal. >Ah, con que eso tienes.<
La llevo al cambiador y sin mucho esfuerzo termino la tarea. No es tan malo, la reina siempre se encarga de los bebés hasta que cumplen los cuatro años, entonces otra hada se los lleva y termina su educación. Es una vieja tradición para mostrar que de alguna forma todas las hadas son mis hijos.
Hace más de doscientos años que no cuidaba uno, e irónicamente, el último bebé que cuidé fue a Kaelie.

~La guardería~

John //

Me paseo por los diferentes salones de lo que llamo orgullosamente la guardería, un edificio de diez pisos que sirven para cuidar y criar a los brujos. En un salón está una joven, una de mis creaciones, enseñando a brujos de no más de diez años cómo crear fuego. En otra se les leen cuentos a más jóvenes, entre los dos y cuatro años, y finalmente la sala para bebés.
No es extraño recibir bebés aquí, pero sí muy poco usual. Cuando un brujo nace, o tiene la mala suerte de morir abandonado o sus padres humanos aún no notan su marca y lo crían hasta que son lo suficientemente grandes para escapar. Se ha sabido de pocos humanos que incluso con las anormalidades de sus hijos, los crían y cuidan del mundo, pero al final los dejan por no saber qué hacer con sus habilidades. En el cuarto, los bebés duermen tranquilamente y frente a cada cuna están sus niñeras.
Cuando el niño toca al robot, este se deforma para parecer alguien en quien pueda confiar.

–Tío, John –me llama un niño de unos siete años con antenas y ojos de insecto.

–¿Qué sucede, pequeño? –mi memoria no es muy buena, no recuerdo los nombres de todos en la guardería.

–Luis dice que debo bañarme, pero yo no quiero.

–Debes bañarte, sino puedes apestar y enfermarte –tomo su manita y camino con él hasta el baño común de hombres–. ¡Luis!

Luis es la niñera de este brujo, normalmente son mujeres, pero a veces también se figuran hombres. Luis es casi humano excepto por las alas de mariposa.

–Mi señor, lo lamento. Le dije que se bañara y se escabulló entre los cubículos –a pesar de hablarme no me mira–. Vamos, Baron, debes bañarte –se arrodilla y le extiende la mano al pequeño.

–Adelante, Baron –le doy ánimos y el pequeño acepta de mala gana la mano de Luis.

Luis lo lleva a las regaderas y yo me voy para seguir inspeccionando que todo esté en orden. Gracias a Lilith descubrí que tenía la habilidad de crear a mis niñeras, o miles de brujos estarían perdidos, solos, asustados y, muy probablemente, muertos.

....

Preguntas:

¿Qué cuento le lee Maia a Bat y alguno sabe cómo termina?

¿Por qué Rigna parece alguien confiable para Magnus?

Malec ¿otra vez? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora