Novio

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SEIS MESES DESPUÉS 

~Nueva York (Instituto)~

Alec ••

Ya quiero verte. No puedo esperar a mañana.

Termino de leer la carta de Lucas y de inmediato escribo una respuesta.

A mí también me emociona verte.

Marco una runa en la esquina del papel y este desaparece dejando un ligero rastro de humo.
Lucas y yo nos hemos estado escribiendo regularmente y es realmente gratificante tener a un amigo más con quien charlar, pasar el rato y hablar de lo que sea realmente.
Un destello, que se convierte en fuego, que se convierte en una hoja de papel llega a mi escritorio.

Espero con ansias. Descansa, Alec.

Escribo una corta respuesta y la envió de inmediato.

Descansa, Lucas.

Antes de dejar mi escritorio y dormir un poco, decido sacar el libro prohibido, (ya me es costumbre llamarlo así) y ojearlo un poco.

"...Magnus Bane acudió a la ciudad de cristal y se unió a la lucha contra Valentine y su ejército de demonios, unido por la runa de la alianza a su compañero y pareja, Alexander Lightwood."

Cierro el libro y lo dejó de nuevo en su lugar. Cada tres páginas tienen que estar esas palabras: pareja, novio, amante. Es algo frustrante saber que ya viví un amor y ese amor ahora es mi hermano. ¿Qué más podría ser? Magnus y yo hemos vivido muchas cosas juntos. Crecimos juntos, dijimos nuestra primera palabra juntos, comenzamos a caminar juntos, lo he visto crecer y madurar y él a mí. No porque fuimos algo significa que debamos serlo otra vez ¿verdad?
Me recuesto y acomodo las sabanas sobre mi cuerpo e intento dormir un poco, pero mi cabeza no deja de pensar y pensar sin llegar a ningún lado. Pienso en todo lo que he convivido con Lucas y lo mucho que nos hemos acercado, también pienso en sus ojos verdes y cabello castaño tan rebelde como el de los Blackthorn, y sin darme cuenta pienso en sus labios, en la tierna curva que hacen cuando sonríe, cuando habla. Como si estuviera en un sueño, me levanto de la cama y tomo un nuevo trozo de papel sobre el cual mi mano traza tres simples palabras.

Quiero hablar contigo.

.

Esta tarde es la boda de Julian y Emma. Tía Clary dice que le sorprende que no se hubieran casado tan pronto cumplieron dieciocho, pero ahora con veinticuatro años cada uno tampoco esperaron tanto. La ceremonia se hará en el salón de los acuerdos y la fiesta en la playa junto al Instituto de Los Ángeles. Mi hermana me compró para la ocasión una camisa de algodón azul, unos zapatos formales negros y un pantalón de lino color café claro (que según Isabelle, Clary, Catarina, Marine, Amatis y Magnus, se llama beige). Una vez estoy vestido, salgo de mi habitación y me encuentro con Magnus en el pasillo. El usa lo mismo que yo, sólo que en lugar de camisa usa una guayabera[*] blanca y unos tirantes que tienen textura de arena y conchas marinas.

–Te ves bien –me sonríe.

–¿Dónde compraste esos tirantes?

–Amatis me los consiguió –toma los tirantes y los estira sobre sus hombros—. ¿No son geniales?

–Yo no los usaría.

–Claro que no, con esa camisa lucirían ridículos.

–¿Y tú eres el mejor para hablar de ridículos? –Jonathan se acerca por el pasillo.

Malec ¿otra vez? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora