Cambios

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Este capítulo es un especial para Jonathan y Marine.

DOS AÑOS DESPUÉS

~Casa de campo Garroway~

Amatis ><

–Que el alma de Jocelyn Garroway ascienda, y Dios la reciba en su santa gloria, amén.

–Amén –repito, como todos, las palabras del obispo.

El hombre anciano traza una cruz en el aire antes de asentir a unos hombres que comienzan a bajar el ataúd que contiene el último recuerdo de mi abuela Jocelyn. Nuestro abuelo llamó en la madrugada para decir que su esposa había muerto y nos esperaba en la granja para velarla y después enterrarla. Al parecer, mi abuela ya sabía que la muerte se aproximaba y decidió hacer los arreglos necesarios.
Cuando el ataúd llega a lo más profundo, mi madre se levanta en silencio, camina al borde de la tumba, toma un puñado de tierra y lo lanza en un movimiento tan lento que casi puedo escuchar las partículas de tierra chocar contra la madera del ataúd. Mamá regresa a su lugar junto a papá, quien no duda en tomar su mano y entrelazar sus dedos. Mi abuelo se levanta y repite el proceso de echar tierra a la tumba, después pasa mi hermano, yo y finalmente mi padre. Los hombres terminan de echar tierra y al final colocan la sencilla lápida de cemento que tiene escrito: Jocelyn Garroway 1970-2028.

–Gracias, padre –Luke se levanta y en un acto silencioso pide al obispo que se retire junto a los hombres que ayudaron en el entierro.

Cuando el anciano y los hombres suben a su camioneta y alejan por el camino, el ambiente de pronto se siente perdido, como si una espesa neblina hubiera caído de pronto y ninguno supiera qué hacer. Lucas a mi lado hala un mechón de mi cabello y yo giro sorprendida por su acto.

–¿Qué fue eso? –pregunto molesta.

Lucas parece sorprendido por mi reacción y hace una cara graciosa. Abre mucho sus ojos verdes y también la boca.

–Wow, estás viva. Por un segundo parecía que tendría que cavar una tumba para ti también.

Le doy un golpe en el hombro y contra toda mi voluntad una sonrisa se forma en mis labios y dejo escapar una risita. De verdad detesto que Lucas pueda decir una tontería y hacerme sonreír de está manera. Es un idiota, pero es el idiota que por cinco años ha sido mi novio. Mi padre parece reaccionar de pronto al escuchar mi risa.

–Bien, chicos, vamos a la casa –se levanta y deja a mamá viendo la tumba–. Les prepararé chocolate caliente.

–Gran idea, papá –Jonathan se levanta y Marine junto a él–. Vamos todos, a puesto que les gano.

–Ya lo veremos –Lucas se levanta y coloca al lado de mi hermano, listos para una carrera

Él y Jonathan pensaron ser parabatai, pero Lucas ya había cumplido los dieciocho. Aún así se quieren y protegen las espaldas, y por supuesto, son un par de idiotas. Jonathan comienza a correr y Lucas acelera para alcanzarlo.

–Diez dólares a Jonathan –dice mi parabatai.

–Acepto.

Juntas comenzamos a caminar hacia la casa de campo, pero antes de seguir me giro para ver a mis padres. Mamá se ha levantado y está junto a mi abuelo frente a la tumba, tío Simon y mi padre los ven desde atrás, manteniendo su distancia. De pronto, un timbre suena y tío Simon saca el celular de su bolsillo.

Malec ¿otra vez? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora