Fiesta

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TRES SEMANA DESPUÉS

~Idris (Academia de Cazadores de Sombras)~

Carlo ..

–María, ¿qué es eso?

Mi amiga parece no entender la pregunta y yo señalo la caja de cartón que descansa en mi cama.

–Ah, son dulces. Quise traer unos de mis vacaciones para compartirlos con todos –María toma la caja, la abre y me la muestra.

Está llena de pequeños tubos plásticos con lo que parece un polvo rojo, mi padre Magnus tiene unos parecidos que usa para pociones de sueño.

–No va a darme sueño ¿verdad?

María rueda los ojos, saca un tubo y me lo ofrece.

–Pruébalo, se llama tico-tico [*].

Ella es mi amiga, no me daría algo que pudiera matarme, además me gustan los dulces. Acepto el tico-tico, lo abro con cuidado y vierto todo el polvo en mi boca. >Maldita sea me pica.<
Lo escupo y María comienza a reír.

–Debiste ver tu cara.

No sé lo que dijo entre risas, pero sonó a burla.

–¡Hai detto che era un dolce! (¡Dijiste que era un dulce!) –grito en italiano.

–De acuerdo, lo siento –María sabe que sólo lo hablo cuando estoy enojado–. Y si vas a quejarte de que no son un dulce, déjame decirte que sí lo son.

–¿Qué tipo de dulce es ese? –miro mal la caja llena de tubitos del infierno– Los dulces no deben ser picosos.

–Llorón.

A diferencia de mí, María habla en su lengua nativa cuando quiere ofender o burlarse de otros.
Ella toma otro tico-tico y lo come como si nada. >Los mexicanos están locos.< Entro a mi habitación y dejo la pequeña maleta de mano en mi cama antes de desempacar la poca ropa interior, playeras y pantalones que me llevé para mis dos semanas de vacaciones. En la academia no son prioritarios los descansos, parece que su lema es: Vivir para entrenar y morir para descansar, y si no lo es, podría proponérselo a la decano.

–¿Y lo único que hiciste en tus vacaciones fue matar el buen nombre de los dulces?

María termina su tercer tico-tico y me arroja la envoltura.

–Yo no he matado nada. Mentira, maté un demonio shax.

–¡¿Qué?!

Ninguno en la academia ha matado un demonio, ni siquiera los nacidos cazadores de sombras. María se ha convertido automáticamente en la más genial de la academia.

–Como escuchaste –María sonríe con superioridad y se sienta en su cama de sábanas blancas–. Estaba en una guardia tranquila con mi tutor, cuando dos de esas cosas salieron de la nada. Jaime mató a una de inmediato, pero el otro se arrojó a su espalda e iba a morderlo, cuando yo le clavé un cuchillo arrojadizo y desapareció. Jaime me miró sorprendido y después me felicitó por haber reaccionado tan rápido.

No sé en qué momento terminé sentado en mi propia cama, prestándole toda mi atención a su relato.

–¿Y eso es todo? ¿Sólo te felicitó? –pregunto ofendido– ¡Yo te hubiera hecho una fiesta! ¡Mataste a tu primer demonio!

–Claro que hubo una fiesta, ¿de dónde crees que saqué los tico-tico?

Miro la caja llena de "dulces".

Malec ¿otra vez? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora