Giselle.
¡Aaaah que idiota soy! No sé qué pasa conmigo, cada vez que lo veo es como si algo dentro de mí lo reconociera. Verle en esa situación me hace pensar que él está cumpliendo con el trato de que sólo beberá de mi sangre.
Lo escucho quejarse.
_ ¡Oye a donde vamos! –dice mirándome fijamente.
Después de ver que estamos lo suficiente lejos de cualquier ser humano detengo el auto. Él más pálido que antes me mira molesto.
_ ¿Qué pretendes? Sera mejor que regresemos a la carretera necesito descansar. –su mirada es pesada.
_ No. –digo seria. –llevas una semana sin alimentarte y es mi culpa tu situación actual. –me quito el saco; deshago el nudo de la corbata y voy desabotonando mi camisa. –Vamos adelante. –le extiendo los brazos.
Damián se sorprende al ver mi actitud con él. Me mira desconfiado.
_ ¿Te golpeaste la cabeza? –dice enarcando una ceja.
_ ¡Sólo hazlo ya! –le grito.
De verdad esto es incómodo y muy vergonzoso. Damián no aparta la mirada de mí.
_ No lo haré. –su respuesta me deja atónita.
_ ¿Qué? –él pasa la mano por su rojiza cabellera.
_ Si lo hago sería peligroso para ti, llevo una semana sin beber una gota de sangre podría perder el control y hacerte daño. No lo haré. – sin más que decir abre la puerta y sale.
Sin pensarlo lo sigo. ¡Qué frío tan bestial! Así que me abrazo a mí misma para darme calor. Él camina unos metros de mí. Este estúpido vampiro es un imbécil. No pienso estar aquí por más tiempo ya se está haciendo de noche.
Llego hasta él.
_ Damián no seas terco e inmaduro, sólo bebe lo suficiente para recuperar un poco de energía.
Él se gira repentinamente y me observa de una manera extraña, lleva su mano hasta mi mejilla.
_ No finjas ser agradable conmigo, no se te ocurra jugar a la dulce y tierna chica. –Sus palabras me sacan de onda.
_ ¿Jugar, fingir? Damián no comprendo nada. –digo un poco asustada.
Él me sujeta del brazo y me arrastra hasta el auto, rápidamente abre la puerta trasera y me obliga a entrar dándome un ligero empujón. Al dame cuenta esta sobre mí. Sus ojos dejan ver un brillo de querer desgarrar mi cuerpo. Tengo miedo.
Él muestra una sonrisa de medio lado.
_ Ahora me temes. –dice en un susurro.
¿Él puede sentir mi temor? Al dame cuenta mi mano esta sobre su rostro, Damián se sorprende dejando a un lado su ceño fruncido. Le dedico una mirada más tranquila. Él despacio va bajando hasta mi cuello donde va haciendo círculos con su lengua, su aliento en mi piel me estremece. Una punzada hace que un gemido escape de mi boca.
Puedo escuchar como traga grandes cantidades de sangre, mis manos lo atraen sujetándolo con fuerza. Esta sensación me es tan familiar, es como si un recuerdo quisiese salir. Despacio despega su boca de mi cuello para ir más abajo, sus dedos van sacando los pocos botones que mantiene cerrada la camisa.
De pronto mi torso queda al descubierto lo intento detener pero él sujeta mis manos y llegando un poco más arriba de mi obligo, vuelvo a sentir un agudo dolor, sus colmillos se clavan en mi piel, después de beber su lengua limpia los restos de sangre en mi vientre. Para volver su rostro al mío, yo le dedico una sutil sonrisa.
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Sangrienta Tentación.
Vampiremi vida será envuelta con seres que jamás creí que existirieran, Damián un chico misterioso me mostrara el lado oscuro de este colegio.