Capitulo. 18.

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Giselle

Lucho por colocar los adornos en el árbol de navidad, pero es muy alto y no puedo llegar, de repente una mano engancha la pequeña bolita de cristal en la rama; de inmediato me giro para encontrarme con la cara de Marcus, su dudarlo le dedico una sonrisa.

__ Gracias.

Él me quita la caja de las manos.

__ Es mejor que ayudes en otro lugar deja que me encargue de esto.

__ Bien. –digo con entusiasmo.

Me detengo en seco al ver a la señora de ayer, me acerco y le ofrezco mi ayuda, ella parece no estar de acuerdo, pero al final la convenzo.

__ Daré lo mejor.

Así que entro a la cocina a ayudar a las demás chica a preparar la cena, pero cinco minutos después mi cuerpo está cubierto de harina.

__ Lo siento. –digo muy apenada.

Una de las chicas se ríe.

__ No se preocupe señorita es normal que se equivoque.

Yo la miro seria. Esto es vergonzoso ¿Normal? Ni siquiera pude abrir la bolsa de harina sin antes desparramarla sobre mí. Una carcajada nos hace girarnos para encontrarnos con Damián.

__ ¿Qué le sucedió a mi linda damita? –dice llevando sus manos a su estómago.

Llego a su lado y le dedico una mirada enojada. Él me abraza.

__ ¿Estás molesta cariño?

No le respondo, me separo de él y salgo de la cocina. ¡Se ha burlado de mí! y yo tratando de dar lo mejor y él sólo se ríe, me dirijo a mi habitación cuando siento unos brazos que me arrastran hasta una de las habitaciones.

Al dame la vuelta es Damián. Me giro y cruzo los brazos.

__ ¿Qué no fue suficiente reírte de mí?

Sus brazos atrapan mi cintura, luego una de sus manos sujeta mi mentón obligándome a verle.

__ Te ves adorable cubierta de harina. –expresa, para después besar mi frente.

Sin demora le doy un empujón.

__ ¿Enserio? –bajo la mirada y llego a la ventana, mi mano sujeta la fina tela de la cortina. –la verdad como mujer soy un desastre, no sirvo para ser la esposa de nadie.

__ ¿Qué? ¿Acaso estoy escuchando mal? Anoche me dijiste que me darías un hijo y ahora dices que no serás una buena esposa.

Sus palabras hacen que me sonrojen ¿En qué demonios pensaba anoche? Me giro y lo veo a la cara.

__ ¡Mírame! –baja la voz. –soy un desastre, lo único que hice fue darle problemas a los demás.

__ Yo te amo tal cual eres, nunca te he pedido que cambies, no lo hice en el pasado no lo haré ahora. Así que deja de ser destructiva contigo misma.

__ ¿Damián seguro no te cansaras de mí? ¿No terminaras dejándome como ellos?

Sé que Damián trata de subir mis ánimos, pero soy una persona que le gusta hacer las cosas bien, no quiero ser un estorbo para nadie, no quiero ser desechada de nuevo, no por Damián.

__ Pequeña jamás te dejaría, nunca me cansaría de ver tus lindos ojos y esa encantadora sonrisa que ilumina mi vida. Si volviste a este mundo eso quiere decir que nos amamos sin importa las barreras que se presente ni la muerte nos pudo separar y ahora que te tengo no te dejare ir así no más.

Sangrienta Tentación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora