Giselle
Al darme cuenta mis manos recorren su ancho pecho. Sólo hay una única idea rondando mi mente es hacerlo mío sin importarme las consecuencias, él se ha convertido en mi todo, lo necesito. Damián me separa un poco de su cuerpo y con una mirada llena de duda susurra lento.
__ ¿Segura? -puedo notar la preocupación en sus ojos.
Sin decir nada asiento ¡Claro que estoy muy segura de mi decisión! No fue nada fácil, pero algo dentro de mí se enciende cuando el roza mi piel con sus largos dedos, es como si doliera, es tan placentero sentirlo. Le dedico una sonrisa, mientras llevo mis manos a su perfecto rostro. Él sólo me observa incrédulo de lo que pasa.
__ Te amo. -digo en un hilo de voz.
Al escuchar mis palabras levanta mi cara llevándola hasta la suya y sin tardanza besa mis mejillas con delicadeza. Cierro los ojos sintiendo un cosquilleo en mi estómago ¿Así se siente querer? Sus labios atrapan a los míos en un frenético beso, sintiendo el deseo, él posar sus manos en mi espalda donde tira de las cuerdas que mantienen la parte de arriba del bañador.
De repente mi espalda esta contra la pared, sus manos sujetan mi rostro pegándolo más al de él, nos alejamos un poco por la falta de oxígeno, bueno yo soy la única que necesita del aire. Con una dulce mirada me toma entre sus fuertes brazos y con delicadeza me deja caer sobre la mullida cama. estoy tan nerviosa, no sé cómo actuar ante dicha situación.
__ ¿Me amas? -dice con una voz ronca.
Lo miro por un segundo estudiando su calmado rostro. ¿Cómo me pregunta tal cosa? Él lo es todo para mí, en toda mi corta vida no había experimentado dicha alegría.
__ No lo dudes nunca. Claro que te amo. -susurro con una sonrisa. -y ¿Tú a quien amas más? ¿A Alexandra o a mí?
Su expresión cambia por un momento para luego regalarme una mirada sutil.
__ Alexandra. Ella la amé en el momento indicado y pues a mi bella damita, ahora eres mi todo, el centro de mi universo.
Paso mis brazos por su cuello atrayendo su cara a la mía, sin demora deposito un casto beso, al notar lo que he hecho mis mejillas se torna rojas. Rápido cubro mi cara.
__ No, déjame ver esa linda expresión. -Dice apartando mis manos -amo cuando muestras esas lindas expresiones; esta es mi favorita. ¿Estas consiente de lo que va a pasar aquí? -puedo notar la duda en sus pupilas.
Él es mi caballero, mi príncipe; preguntándome si estoy segura de lo que deseo y ¿Cómo no estarlo? Lo amo. Le dedico una sonrisa y sin darme cuenta lo tengo debajo de mí. Damián me observa sorprendido. Bajo mi cabeza hasta su pecho donde voy dejando pequeños besos en esa suave piel que se eriza con el sólo roce de mis labios.
__ Giselle... ¿Qué haces? -expresa un poco sonrojado.
Lo miro con una sonrisa pícara.
__ Quiero ser la única que pueda ver esa linda expresión que haces cuando estas avergonzado.
__ Pequeña no juegues con fuego. -susurra en un hilo de voz.
Mis labios atrapan los suyos con ansias. ¡Señor! ¿Por qué el amor están doloroso y placentero a la vez? No quiero que este día acabe, porque y nos quedaría un día menos en este mágico lugar donde estamos en paz. Me quito de su cuerpo cayendo a un lado de él, me giro dándole la espalda, de repente un tremendo nudo se formó en mi garganta, haciendo que las lágrimas se acumulen en mis ojos. Tengo tanto miedo de ser alejada de Damián de ser arrebatada de su lado.
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Sangrienta Tentación.
Vampirosmi vida será envuelta con seres que jamás creí que existirieran, Damián un chico misterioso me mostrara el lado oscuro de este colegio.