Capítulo. 26.

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Damián

Mi tío sujeta mis hombros en signo de preocupación, lo miro y bajo la vista, estoy angustiado por toda esta situación. No me siento a gusto con Alexandra. Es como si ella no fuera ella en su totalidad, es menos sensible a los sentimientos de los demás.

__ Damián debes calmarte, no puedes dejarte llevar por la desesperación. Tú la elegiste sabiendo cual serían las consecuencias. –dice firme.

__ Lo sé tío... pero... yo no puedo dejar de pensar en Giselle... en verdad, la amo.

Siento como mi pecho se hincha por la desolación de no verla, sólo recordar la manera en la que me miró me incomoda, de seguro ese tipo de estar aprovechándose de eso.

__ Ahora la prioridad es alejarla de Drake, sus intenciones son egoístas y maliciosas. –él deja su cómodo sillón y llega a mi lado.

Su tacto me devuelve a la inevitable realidad.

__ Tío ¿Qué debo hacer con estos sentimientos? Creo que enloqueceré, mi cuerpo está ansioso por tenerla cerca. Necesito de ella.

Un frío tremendo recorre mi cuerpo, aunque me alimento a diario la sangre de Alexandra no es suficiente, sin duda Giselle es dueña de mi vida.

__ Hijo, tienes que ser fuerte con esa actitud no podrás protegerla como es debido. Espero lo entiendas, sólo se paciente ella volverá a tu lado muy pronto.

Al salir de la biblioteca veo venir a Alexandra con una amplia sonrisa. En sus manos trae un montón de bolsas, Alice está a su lado. las dos están literalmente locas, hago caso omiso y sigo mi camino.

__ ¡Damián! –Dice en un tono de enojo –te compré algo lindo especial para ti.

__ Ahora no Alexandra, no estoy de humor.

Alice se acerca a Alexandra.

__ ¡Qué novio más frío tienes querida!

Le dedico una mirada de odio, ella sólo me sonríe. Las manos de Alexandra me sujetan con fuerza.

__ ¡Cuando es que tú estás de humor! Siempre es lo mismo ¿Es por ella verdad? ¡Sólo confiésalo!

Sus gritos me tienen cansado, así que decido salir de esa casa por un rato. No sé qué es lo que deseo en realidad, pero vivir en zozobra no es la opción. Veo como el cielo toma ese tono rojizo que embellece dándole un color distinto al mundo. Aun no puedo aceptar esta Alexandra, que no es la Alexandra que yo amé sin medida, está chica es tan rígida y fría a referirse a otros, es un poco aterradora.

__ ¡Hermanito lindo! –Alzo la mirada para ver a mi hermana sentada en la rama de un árbol del jardín –esa cara que llevas no es nada alegre.

Ella baja. Me quedo callado, no tengo ganas de nada. Todo esto es tan patético que me enferma. Alex golpea mi hombro.

__ Déjala, está matando el encanto de mi bello niño. –dice haciendo un puchero.

__ Alex para ya –la observo serio –no estoy de buen humor. Alexandra es a veces tan molesta, lo único que le importa es lucir bien y molestar a los demás ¿Desde cuándo ella se volvió tan vanidosa?

__ Esa chica es mala, un alma traída de vuelta al mundo de los vivos es corrompida, sucia. La dulce Alexandra no es más que un recuerdo del pasado.

Sus palabras me dejan perplejo. La miro con cara de confusión.

__ Lo que quiero decir es que alguien la trajo de nuevo, y que no adivina quién fue el responsable –indica con una absurda sonrisa. –tu amigo Drake.

Sangrienta Tentación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora