Giselle
La blanca nieve cubre el patio del colegio, todo luce tan calmado, sereno, libre del desorden y el bullicio. Este es un colegio prestigioso, bueno aquí no entra cualquiera, sólo los riquillos de Inglaterra; yo. Soy un caso especial, la verdad mis padres a decidido mi futuro; según ellos… estoy prometida con el hijo mayor del jefe de mi padre… un leve suspiro se escaba de mi boca.
_ Giselle. –oigo que alguien me llama, así que me giro. –vamos es hora de la junta estudiantil. –dice la chica arrastrándome por el pasillo.
_ Verónica por favor. –digo con toda la calma que posee mi cuerpo. –no debes correr, ni arrastrar a la gente. –le reprocho soltándome de su agarre. –camina con calma, recuerdas que somos parte del consejo estudiantil.
Abro la puerta y me encuentro con el resto de mis compañeros. Verónica es más baja que yo, más bien diría que es una ternura, su estatura le da la popularidad de ser la chica más tierna de este colegio, sus grandes ojos verde la hacen parecer una de esas muñecas de porcelana y ese sedoso cabello negro le da el toque de perfección.
Yo soy todo lo opuesto no soy nada dulce ni simpática, mi cabello es rubio y rizado, mis ojos son color café, nada extraordinario y mi tez, es lo que menos me gusta de mí… es tan pálida que el año pasado me eligieron para interpretar el papel de fantasma. Y para completar no soy muy expresiva, no lo puedo evitar al tener a unos padres diciéndote como debes actuar delante de los demás, así que decidí ser neutral en mis expresiones.
_ Bueno iniciemos. –la voz de uno de los delegados me hace volver a la realidad. –Giselle por favor lee los puntos a discutir.
Después de la larga reunión para elegir el próximo tema para el baile de bienvenida y lo que a cada salón le corresponde encargarse. Bueno en mi salón debemos encargarnos de la comida.
Suspiro al llegar a la puerta del salón, todos tienen un alboroto, eso me saca de mis casillas. Entro y me paro detrás de la pizarra.
_ Buen día queridos compañeros. –ellos al escucharme se dieron la vuelta y me ignoraron. Siento que la vena que se encuentra en mi frente está a punto de explotar. Sin demora golpeo la mesa.
Todos se quedan estáticos al ver mi reacción.
_ Ya que tengo su atención, es mi deber decirles que nos corresponde preparar los alimentos para el baile de bienvenida ¿Así que proponen? – Lina la chica más irritante del salón alza la mano.
_ Yo propongo que nuestros chefs se encarguen de todo, ellos son buenos en preparar los bocadillos para el baile. –esa odiosa voz chillona me estresa.
_ Y ¿Se puede saber cómo lo harás? –ella se levanta y me sonríe confiada.
_ Fácil. Todos están invitados a mi casa lleven a su mejor cocinero. –desvía la mirada hacia mí. – ¡Oh! Lo siento tú eres pobre. Las de tu clase no son bienvenidos en mi casa. –se gira y sale.
_ Maldita bruja. –murmuro muy bajo. Mis ojos se centran en los dos chicos de atrás, camino disimuladamente hasta ellos y les quito una revista para adultos. –esto no es un material escolar; depravados pervertidos. Ahora mismo a la dirección. –les reprendo.
_ Señorita delegada por favor no lo haga. –suplican mientras nos dirigimos a la dirección. –me doy la vuelta y los miro con furia.
_ Las reglas son las reglas y ustedes las quebrantaron trayendo ésta vulgaridad al colegio ¡Así es como nos ven como objeto de placer! –les grito. Cierro los ojos y me calmo. –entren. –ellos entran dedicándome una mirada de cochorro abandonado.
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Sangrienta Tentación.
Vampiremi vida será envuelta con seres que jamás creí que existirieran, Damián un chico misterioso me mostrara el lado oscuro de este colegio.