Capitulo. 16.

434 36 5
                                    

¡Ya se acabó! Seco mis lágrimas, mis pasos son lentos todo a mi alrededor va a ritmo tan lento, entro al salón tomo mis cosas y salgo. Verónica se acerca y con una sonrisa sujeta mi brazo.

__ Giselle. –yo de inmediato me libero de su agarre. – ¿Giselle pasa algo?

Sin mirarla me alejo de ella.

Al llegar a la salida Verónica se interpone en mi camino.

__ No pienso dejarte ir, sin al menos darme una explicación. –sus ojos me miran con preocupación.

__ No quiero que me hables más. –digo con dificultad. Lo siento amiga.

Ella agarra mi muñeca y la presiona.

__ Sé que no estás viviendo en tus padres ¿Te han vendido a ese canalla?

En ese momento veo a Drake, su mirada se clava en Verónica, un miedo tremendo crece al ver esa mirada aterradora. Así que la empujo.

__ ¡No me vuelvas a tocar! –ella al parecer se da cuenta de mi cambio de actitud.

__ No me digas. –salgo corriendo al portón, dejando a Verónica con la palabra en la boca.

Drake toma mi brazo y de un tirón obligándome a entrar al auto. Luego de estar dentro me mira furioso.

__ ¿No fui claro? –todo mi cuerpo se entumece.

Bajo la mirada, inhalo y exhalo, levanto el rostro y le dedico una mirada de odio.

__ No quiero seguir con esto. Estoy cansada de ti. –le digo en un tono de voz alto.

Él sin demora me sujeta del cuello y me obliga a verle.

__ ¡Tú maldita campesina en tu miserable vida me vuelvas a dirigir la palabra en ese tono!

Siento como el oxígeno deja de fluir, doy algunas bocanadas tratando de recuperar el aliento, pero me es imposible. Drake al notar el cambio de color en mi cara me libera. En ese mismo instante busco con desespero aire para mis pulmones.

__ Para lo único que me sirves es para engendrar a mi heredero. –en sus labios se dibuja una sonrisa burlona. –para nada más.

Aprieto los puños con fuerza clavándome las unas en las plantas de las manos. Quiero golpearme hasta morir por ser tan estúpida. Comienzo a sospechar que el señor Edwards me dijo la verdad, el único recuerdo que tengo de Damián es ese. Este es mi paga por ser tan odiosa con él, sólo pensé esos falsos sentimientos, cuando el único que me amo fue Damián. Él ahora no quiere saber nada de mí y eso me duele.

__ Abre la puerta. –dice de mala gana.

Sin demora levanto el brazo Drake al ver mi brazo vendado, me hace entrar de un empujón. Me mira con rabia, tira la puerta y camina en mi dirección, sujeta mi mano y aprieta mi herida haciendo que sangre, una mueca de dolor se refleja en mi cara.

__ ¡Así que te encontraste con él! –grita presionando más herida. – ¿Ahora resulta que quieres estar con él? ¿Eh? –tira de mi cabello. –no eres más que una zorra. Sólo espera te daré tu castigo. –me arrastra hasta la cocina.

Sus manos buscan dentro de una de las gavetas, hasta que da con el objeto deseado, mis ojos se abren lo más que pueden al ver una enorme tijera.

__ ¡Drake! ... ¿Qué piensas hacer?

Sin piedad comienza a cortar mi cabello, puedo ver como mis largos rulos caen al piso, trato de librarme de él, pero me es imposible. Sólo puedo escuchar el sonido que hace la tijera al cortar mi largo cabello.

Sangrienta Tentación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora