Sangrienta Tentación.

Capítulo. 41.

Damián

__ Amigo deja de lado esa conducta –indica Marcus.

Mi tío sólo siente mientras toma una copa de vino. De inmediato doy una vuelta completa en el gran salón, me molesta que venga a juzgarme sin saber mis verdaderos sentimientos.

__ Lo que digan me da igual. No estoy interesado en saber sus opiniones sobre mi vida privada –digo con el ceño fruncido.

Mi tío da un paso hacia mí, su mano se aferra en mi hombro.

__ Los seres humanos son difíciles de llevar, lo mejor que podías hacer era convertirla en una de nosotros.

Me libero de su agarre, en verdad me enoja ver cómo es que terminan invadiendo mi privacidad. En eso entra Alex con Alice; las dos me miran confabulando que sé yo para intervenir en mi agonizante vida.

__ Esa chica es inteligente al alejarse de ti –interviene Alice.

La observo enfurecido, ¿Quién es ella para hablar de esa manera? Sin apartar la mirada de ella me acerco.

__ Nadie pide tu opinión. Deja de hablar de lo que no sabes. –ella me señala duramente.

__ ¡Ja! Giselle es una simple humana. Ella no puede con todo lo que nos rodea; recuerda que nuestro mundo es dominado por seres que sólo quieren alcanzar el poder y al parecer nosotros somos piedra de tropiezo para muchos y sin mencionar lo milagrosa que es Giselle al darle un hijo a cualquier vampiro.

Sus palabras son crudas y duras, pero es la verdad. Mi pequeña niña es la que está en ojo del huracán, es una humana especial y única.

Enojado salgo de la mansión, necesito pensar bien las cosas y ver las maneras de liberarlas de las garras de Drake para siempre. Me dejo caer sobre uno de los bancos del jardín. Mis manos cubren mi cara; la desesperación me volverá loco si no consigo la forma de darle una vida normal a la mujer que amo.

Soy tan patético, no soy capaz de cuidarla, vuelvo a dejarla sola y en manos de ese loco la historia se repite sin poder cambiar nada. Cada día se aleja de mi lado y junto con ella mi hijo, en verdad pensé que finalmente mi deseo de tener una familia se haría realidad, pero al parecer las cosas toman su propio rumbo y no puedo hacer nada. Mis puños se aprietan notándose la tensión de la fuerza con la que le hago.

__ Damián no te sigas haciendo daño –la voz de mi hermana es suave y sutil, su mano se posa en mi cabellera –muy pronto daremos con el paradero de ese desgraciado. Te lo prometo y podrás ver a tu hijo crecer y convertirse en un buen chico.

Alzo la mirada al cielo que es bellamente adornado por centenares de estrellas. Algo dentro de mí me dice que sucederá algo terrible y eso me hace sentir un dolor en el pecho. Cierro los ojos recibiendo el frío viento en mi rostro.

__ Alex... creo que fui demasiado ambicioso, recibí más de lo que debía. –sin darme cuenta las lágrimas bajan por mis mejillas.

Sólo pensé en mi felicidad, pero no en la de ella, sólo miré mi lado y mis sentimientos, mientras ignoraba los de Giselle. Como quisiera regresar el tiempo y dejarla vivir su vida e ignorarla por completo, ninguno de los dos estuviéramos en esta situación tan dolorosa.

Alex se sienta a mi lado sin decir una palabra recostando su cabeza sobre mi brazo. De pronto unos pasos apresurados me sacan de mis tortuosos pensamientos. Marcus me mira con una mirada llena de preocupación, rápido me coloco de pie y llego a su lado.

__ Damián –dice con dificultad. Lo tomo de los brazos y lo obliga a verme.

__ ¿Qué pasa? –él sigue inmóvil.