Capitulo. 17.

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Giselle

Mi cuerpo siente un frío tremendo, doy un par de vueltas en la cama buscando confort, lentamente abro mis ojos, parpadeo un par de veces para acostumbrarme a la claridad, me incorporo y desvío la mirada a la ventana.

__ ¿Nieve? –digo en voz baja.

Me coloco de pie y camino hasta la ventana, todo el jardín está cubierto por una espesa capa de nieve, observo aquel paisaje inmaculado. Suspiro, me siento tranquila al estar acá, dormí como un bebé y más sabiendo que Damián estaba a mi lado.

__ ¡Damián! –miro a los lados y veo la cama vacía. –bueno es mejor darme una buen baño.

Después de asearme, me encuentro con que no tengo que vestir, en ese momento la puerta se abre, una mujer mayor trae en sus manos una bolsa.

__ Buen día señorita, el amo me pidió que le trajera algo de ropa.

__ Gracias. –logro decir al notar que ya no está.

Reviso la bolsa para encontrarme con un lindo vestido rosa acampanado de la cintura para abajo, las mangas caen en mis hombros dejándolos al descubierto. Al final da la bolsa hay una zapatillas negras con una linda mariposa en la parte delantera.

__ Son hermosos. –susurro mientras los calzo.

Sin demora bajo la escalera, mis ojos van de un lado a otro ubicándose, este lugar es muy amplio, de pronto la voz de Marcus me hace girar.

__ Buen día Giselle, espero hayas disfrutado de un buen descanso. –dice con una sonrisa pícara.

__ Deja de molestarla. –interviene Damián. –ella no tiene por qué decirte nada.

Damián toma mi mano y me lleva al comedor, retira la silla y me permite sentarme, él se sienta a mi lado. Como siempre una taza de café. La voz de Marcus me distrae.

__ Vamos come algo. –dice señalando el plato.

__ Gracias. –digo tomando un trozo de fruta.

Estar cerca de Damián es reconfortante, me gusta esa sensación de seguridad y protección, sin darme cuenta mi vista está sobre Damián, alguien suspira.

__ ¡Qué cálido es el amor!

Damián le dedica una mirada de odio a Marcus, el cual responde con una amplia sonrisa. Una risilla escaba de mis labios; tenía tiempo que no me sentía tan a gusto con alguien. Marcus se levanta de golpe colocando sus manos juntas.

__ ¿Qué les parece tener una pequeña reunión? Además estamos en navidad. –expresa aplaudiendo.

Yo lo imito emocionada.

__ ¡A mí me parece una buena idea! ¿Qué piensas de eso Damián?

Él me dedica una sonrisa, algo dentro de mí se estremece al ver esa radiante sonrisa, mi corazón late con fuerza; llevo mi mano al pecho... creo que los sentimientos de Alexandra alcanzan a mi confundido corazón. Es como una especie de revoloteo se desatara en mi estómago.

__ Lo que mi bella niña desee lo tendrá. –dice con calma.

¿Se puede ser tan feliz? ¿Puede una tener esa dicha? La verdad no lo sé, pero haré lo humanamente posible por tener este hombre. Desde el primer día que nuestras miradas se encontraron algo dentro de mí se entibió de repente, cada vez que él me tocaba era como si mi cuerpo lo deseara desde siempre, más como un anhelo.

__ Pequeña Giselle volveré con todo para nuestra noche de fiesta. –indica Marcus en un tono dulce.

Yo lo abrazo y le doy un beso en la mejilla, de pronto siento una mirada en mi espalda, al girarme me encuentro con Damián sus brazos están cruzados y con una cara de pocos amigos. Sin demora me acerco a él.

Sangrienta Tentación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora