Capitulo. 12.

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Damián

Sólo puedo ver la espalda de Giselle desparecer tras la puerta, ver esa mirada llena de dolor me hizo sentir aún más miserable que antes. Primero ella me evade y luego me atrae... ella es tan cruel; paso mis manos por mis ojos limpiando las lágrimas que derrame. Me levanto y golpeo el sillón con fuerza.

_ ¡Eres un idiota! ¿Cómo pudiste llorar de esa manera? –me reprocho en voz alta.

Sin duda siempre es lo mismo, siempre soy yo quien termina lastimado y dejado a un lado... mi pecho duele inmensamente. Di toda la confianza reunida a esa persona y terminó dejándome solo... y ahora Giselle también me deja. Enderece mi cuerpo, paso la mano por mi melena ordenándolo.

Sin demora entro a la tercera hora, mis ganas de estar en este lugar son pocas, me paro en la puerta y busco con la mirada a Giselle que al parecer están muy a gusto hablando con Verónica, las dos ríen despreocupadamente. Sin darle mucha importancia a lo que pasó hace una hora camino de largo y me siento en mi lugar, Giselle al verme hace silencio cambiando la atmosfera de repente, sin mirarlas saco mi libro de biología.

_ ¿Giselle pasa algo entre ustedes? –susurra muy cerca de ella.

Giselle suspira y niega con la cabeza, pero Verónica insiste.

_ ¡A mí no me engañas! Sé que pasó algo entre ustedes y me lo vas a contar ¡Ya!

Giselle suspira resignada, pero en ese momento entra la profesora de biología. Verónica al ver a la mujer tomando asiento, se mira a Giselle y sale.

La clase de hoy es más larga y aburrida de lo normal, así que busco mi cuaderno y empiezo a dibujar rayas sin sentido, de repente las quejas de los demás me hace alzar la vista.

_ Aquí les dejo los temas para el examen que será la próxima clase. –se da la vuelta y sale.

_ Qué raro aún no han tocado la campana de salida y la profesora se marchó. –dice Lina levantándose de su lugar.

Camina en mi dirección le dedica una mirada fulminante a Giselle.

_ Querido hoy quiero ir al cine. –ella me mira con una sonrisa dulce. –vamos no seas aburrido, no te quedes lamentando cosas sin importancia.

Giselle la mira seria; Lina se aleja y llega al lado de Giselle.

_ ¿Qué? ¿Se te perdió algo? –expresa molesta.

La rubia retira su cabello dejando al descubierto dos puntos rojos casi visibles, Lina abre los ojos y la sujeta de la camisa.

_ Sólo eres comida nada más. –yo llego rápido y la alejo de Giselle.

_ Lina por favor no compliques más las cosas. –ella me observa con una mirada triste.

_ No quiero que estés cerca de esa bruja maldita. –dice bajando la mirada.

Giselle se levanta y la hace mirarla.

_ Lina para ser una mujer con clase me das pena, sólo eres una mocosa vulgar. Además Damián es mi amigo y no pienso dejar de verlo o tratarlo. –sin más sale dejando a Lina loca de la rabia.

_ Está bien iré contigo al cine. –ella me abraza.

Giselle

Mis puños se tensan al apretarlos, siento una rabia enorme al verla tan altanera ¿Quién es ella para impedirme andar con Damián? De verdad que es para volverme loca, ella no es nadie, lo que haga o deje de hacer con él es asunto nuestro. Comienzo a caminar por los pasillos tratando de calmar las emociones que se me subieron a la cabeza. De repente mi cuerpo choca contra alguien.

Sangrienta Tentación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora