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Hongbin no podía creer que después de tanto tiempo, su existencia se reducía a esto. Si no fuera porque entre la bruja y él todavía existe la desconfianza, Hongbin nunca hubiese imaginado que hace siglos atrás, él fue el del problema. Incluso si sus hermanos podían algún día recordar todo lo ocurrido, para Hongbin esto no hubiese sido posible sin ayuda de Gabrielle. Ella tenía la llave de todos esos recuerdos y fue a la criatura que Azure ordenó vigilarlo de cerca.

Mientras Hongbin investigaba los puntos débiles de Okkas, él encontró que el maldito tenía más puntos fuertes que lo que pensó. El más fuerte se remontaba a este lugar. Gabrielle al comienzo no estaba muy de acuerdo en venir a este lugar, mas la idea de arriesgarse a no ser precavidos no era una carta que quería en su mano.

-¿Soleil? –El rostro de Iary era uno complicado. Era como una mezcla de alivio, desilusión y enojo-. ¿Todo este tiempo, tú...? –Al escuchar su antiguo nombre, Gabrielle puso los ojos en blanco.

-Sí, sí. ¿Podemos saltar la parte emocional? –Para ella, ver a Iary no era algo grato. En efectos, ellos eran enemigos a muerte. Lo que hacía irónico que Azure le hubiese hecho parte de Hongbin. De no ser por eso, ella hubiese muerto en aquel entonces. ¿Le fue emocionante saber que ella vivió gracias a la persona que la asesinó? Ser parte de Hongbin la mantenía viva, y ese era un pacto del cual ella no podía escapar.

-¿Cómo es qué estás...? 

-¿Viva? –La súcubo resistió el impulso de poner los ojos en blanco. Era difícil entender como estaba viva cuando Iary la sacrificó para poder ayudar a Okkas con su plan de controlar a la gente de Soleil en aquel entonces. Al final todo se resume a un golpe de suerte-. Digamos que he vivido todo este tiempo para este momento.

-¿De verdad piensas que él será diferente a mí? –Si algo le reventaba su paciencia siempre ha sido la arrogancia. No es que Gabrielle no pecara de eso, pero si hablamos de forma específica, la arrogancia de Iary no conocía de fronteras. Esta fue lo suficiente para acabarlo en aquel entonces, y va a hacer la razón por la cual desaparecería ahora.

-Oh, yo soy diferente a ti en muchos aspectos –La sonrisa en los labios de Hongbin era una mueca llena de burla. No importaba cuan parte de él era Iary. Hongbin no podía reconocerla. No ahora, no en un futuro cercano. Si sus hermanos fueron como lo son en este presente, Hongbin podía reconocer –incluso sin memorias- que era toda culpa suya para empezar. Ese conocimiento le hacía avergonzarse. El pasado era una deuda para con sus hermanos que Hongbin tenía que pagar, no porque ellos lo exigieran, sino porque era un acto moral hacia ellos-. Para empezar, ¿en serio creíste que ir por Ravi era tu mejor opción? ¿Todavía no conoces a Azure? Si tratas de ir por la persona número uno entre sus personas favoritas, ella te cortará la cabeza –Iary se encogió de hombros de manera muy despreocupada.

-¿Por qué me preocuparía por ella cuando ya está en las manos de Okkas? Deberían preocuparse por ustedes mismos. ¿Algún deseo antes de morir?


El ataque de Iary les tomó desprevenidos a ambos. Fue más la sorpresa de saber que Azure estaba en manos de Okkas... Hongbin puso muchas cosas en movimientos antes de venir aquí. Cosas que iban a joder muchos planes de Okkas, y que posiblemente iba a acabar con gran parte de su batallón. Conocer que la vida de la bruja estaba en peligro por su culpa otra vez, le hizo temer.

-¿Estás repitiendo la historia? –Se mofó Iary, yendo por la garganta de Hongbin, haciendo que Gabrielle reaccionara rápidamente sacando a Hongbin del medio, ayudándolo a esquivar el golpe.

-Hongbin -le llamó Gabrielle. Viendo como él estaba siendo preso del terror, ella no podía dejar que esto sucediera-, Azure está bien. Muy al contrario de nosotros, si no acabamos con esto de buenas a primeras.

Los Reyes de la NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora