Los Reyes de la Noche

6

Milagrosamente, estaban vivos. De eso estaban seguros, pues les dolía todo. ¿Cómo habían llegado allí? ¿Estaban a salvo o de nuevo estaban experimentando con ellos? Ante el terror de esa última posibilidad, los vampiros intentaron ponerse de pie.

-Más vale que se detengan ahí antes de que decida que no necesitan sus manos y pies –Skye llegó viéndose relajada. Lo único que la delataba de lo contrario era que su pelo estaba de un rojo encendido. Se paseó por la cama de cada uno para asegurarse de que respiraban-. Están en un lugar a salvo.

-¿Nuestros hermanos? –Hongbin lanzó miradas preocupadas a todos los lugares que pudo.

-Ellos están vivos.

-¿Ravi? –dijo N con la voz raspándole la garganta. Él pudo ver la cara de la bruja poniéndose blanca.

-Está bien. Herido... con más agujeros que un colador, pero se pondrá bien –Ella odiaba verlo en ese estado. Todo estaba como antes porque sabía que él viviría. Fue un poco difícil controlarse de no matar a la humanidad.

-Dale gracias a Azure de nuestra parte –Skye asintió, no queriendo que ellos supieran lo que realmente había pasado. -¿Nuestro padre? –N ya sabía la contestación, pero necesitaba la confirmación. Ella bufó.

-Escapó el muy cobarde.

-Tengo que ir por él –El líder no podía dejar que ese hombre siga poniendo a los demás en peligro.

-Creo que se enfrentan a un problema más grande que su creador en estos momentos.

-¿De qué hablas? –preguntó Leo odiando que dijera las cosas a medias.

-Sus hermanos rescatados son su amenaza inminente ahora. Han sido torturados y entrenados para matarlos a ustedes. Su prioridad es traerlos de vuelta. Deben hacerlo si quieren derrotar a su creador –Los vampiros la miraron con confusión. ¿Qué era lo que no les estaba diciendo?-. Ustedes no podrán ganarle si no están juntos.

-Y un carajo... -Leo bien podía patearle el culo él solito.

-¿Qué es lo que no dices, Skye?- Ravi entró a la habitación viéndose como si hubiese muerto y regresado a la vida. Lo que posiblemente era cierto. La bruja se movió rápidamente para ayudarlo a acostarse en la cama más cercana.

-¿Estás seguro que aguantaran la verdad?

-Sin rodeos, bruja.

-Es un dios menor, y ustedes deben acabar con él o morir en el intento. Ese es su destino.

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