Los Reyes de la Noche

Parte 3-1

Hongbin se sobresaltó al escuchar a Ken y Hyuk gritando desde las celdas. ¿Qué carajos? Como parecía que esta vez la casa se estaba viendo a bajo de verdad, se precipitó a donde sus hermanos. La sorpresa de ver a Ravi herido en pleno pasillo, frente a las celdas, le hizo ponerse en guardia. ¿Alguien había invadido y cogió a su muy imbécil hermano desprevenido? No, eso era imposible. Su casa estaba más asegurada que la bóveda de un banco y él no descubrió a nadie en sus cámaras de vigilancia. Entonces, ¿qué diablos había pasado?

-Él apareció ahí -Dijo Hyuk con la impresión y preocupación escrita en su cara.

-¿Se dejó pegar el muy idiota? -Inquirió Ken, buscándole una respuesta lógica a todo el asunto. Y él tenía toda la razón, esta era la única respuesta viable ante un Ravi tan jodido.

-Necesita sangre, Hongbin. ¿Puedes despegar tus pies del suelo? -Le peleó Hyuk-. Aunque me ofrecería a buscarla, no puedo moverme por las razones obvias.

-¿No te quedan en la reserva? -Boqueó Ken.

-Soy un niño en crecimiento -Se defendió Hyuk.

-Eso no te lo crees ni tú -Ken fue a la nevera que estaba en una esquina de su celda-. Toma -Le lanzó a Hongbin una bolsa de sangre.

No había mucho que se pudiera hacer con su hermano inconsciente mas que forzarle la sangre por la garganta. La sangre le ayudaría a regenerarse, pero no le quitaría lo de estúpido. Sea lo que sea que le había dado la tundra, hizo lo suficiente para que Ravi no pudiera regenerar sus heridas... Eso lo hacía extraño, demasiado extraño.

Con un poco de esfuerzo, la sangre acabó. Todos aguantaron la respiración, en la espera de que su hermano abriera los ojos, pero eso no pasó. ¿Qué demonios? Pasaron minutos sin respuesta alguna y no tenían que ser adivinos para saber que esto no era normal. De pronto, Ravi comenzó a convulsionar y unas manchas negras azuladas salieron entorno a su cuello.

-Esto es nuevo -Murmuró Ken. Teniendo en cuenta de que ellos habían visto de todo en su existencia, esto era algo desconocido y para nada un buen indicio.

El cuerpo de Ravi dejó de moverse, haciendo que todos sus hermanos se miraran con confusión y alarma. Algo estaba jodido, pero ninguno de ellos podía dar un puño en la causa. Ravi no despertó, al contrario, su rostro comenzó a ponerse grisáceo. Estas no eran buenas señales, y ellos no tenían ni una jodida idea de qué estaba pasando. ¿Los inmortales podían morir por otras razones que no sea sacar la cabeza de su cuerpo? En todo caso, ¿ellos podían morir por algo más que el rubí?

-¿Quién le dio de hostias? -Preguntó Leo, quien llegaba acompañado de N.

-¿Qué ha pasado? -N se arrodilló rápidamente para estudiar a su hermano inconsciente.

-No sabemos... -Comenzó Hyuk-. Apareció herido, pero cuando Hongbin le dio sangre, todo se fue de hostias.

-Parece como si la sangre lo hubiese envenenado -Puntualizó Ken-. No entiendo, yo bebí de la reserva hace poco, y no me ha pasado nada.

-¡La bruja! -Exclamó Hongbin-. Posiblemente Skye sabe que esta pasando -Con apuro, Hongbin sacó el móvil de su bolsillo y marcó, pero no hubo respuesta. Eso era nuevo también. Si alguno de ellos llamaba, ella tendía a contestar.

-Azure -Llamó, mas no sintió la presencia tampoco. ¿Qué rayos estaba pasando? ¿De qué se estaba perdiendo?-. ¿Por qué nadie contesta?

-Vamos a moverlo a su habitación -Sugirió N.

-Iré a buscar a Skye -Hongbin no podía quedarse allí a mirar. 

-¿Por qué no se han movido? -Dijo una voz femenina a sus espaldas-. Un par de babosas se mueven más rápido que ustedes.