Los Reyes de la Noche

2

Un par de hombres cayeron a sus pies en las afueras de la taberna. Debían ser demasiado valientes o demasiado estúpidos para pelearse dentro. Skye nunca permitía eso, a menos que fuera ella misma quien comenzara la pelea. Era su lugar después de todo. Un indicador de que la bruja estaba de muy buen humor era que los hombres fueron arrojados a fuera por los dos monumentales hombres lobos que estaban a cada lado de la puerta y no muertos como lo estarían en algún día normal.

Uno de los hombres puso su mano ensangrentada en una de las botas de Hongbin haciendo que este crispara sus labios con asco. Sin previo aviso, su otra bota conectó con la quijada del hombre haciéndolo volar al otro extremo.

-Son mis botas favoritas, idiota -El otro hombre les dirigió una mirada asustada y se paró lo más rápido que pudo alejándose a pesar de su dolor corporal.

-Los humanos son patéticos -Suspiró N con tragedia.

Como un miembro constante, Ravi pasó por entremedio de los guardianes quienes le ofrecieron una leve inclinación de cabeza como saludo antes de que entrara. Tal como esperaba, era un escándalo. Desde la esquina donde estaban los humanos borrachos en el karaoke, como en la esquina alejada donde se sentaban los seres místicos, bebiendo mucho más que cervezas. Si los humanos supieran que comparten el espacio con los seres que llenan sus historias de miedo, seguramente colapsarían mientras cantan canciones religiosas para alejar el mal. Por otra parte, ellos estarían riéndose hasta morir por esa estupidez. Barrieron con la mirada en busca de la bruja que normalmente estaría detrás de la barra sirviendo tragos o burlándose de algún cliente. Era raro no verla allí. ¿Dónde se había metido?

-Allí –Señaló N. Los ojos de Ravi se dirigieron a la pequeña demonio, soltando el aire de sus pulmones despacio pensando en que rebanarle la garganta al tipo no era una buena idea. No peleas en Sweet Nightmare.

-Alguien se divierte sin ti -Leo le pasó por el lado dirigiéndole una sonrisa burlona.

La mujer estaba divirtiéndose de lo lindo sentada en la falda de un corpulento hombre, su espesa melena blanca se mecía de lado a lado mientras negaba con la cabeza a lo que sea que otro hombre le susurraba al oído. Allí sentada parecía ser la viva imagen de la felicidad. Entonces se tensó un poco cuando los vio llegar, pero una sonrisa se curvó perfecta en sus labios carnosos segundo después.

-Si el mundo ha abierto los portales del infierno –Sonrió brillantemente-. ¿Cómo se puede explicar la cantidad de seres oh-voy-a-matarte-y-reírme-de-ello-mientras que está aquí? ¿Es mi cumpleaños?

-No bruja, no es tu cumpleaños -La tajó Ravi, haciendo que ella parpadeara de forma inocente hacia él-. Dinos lo que queremos saber.

-No me ordenes, puedo tener tus colmillos como aretes si me diera la gana -El poder de ella comenzó a zumbar, haciendo que todos se detuvieran en lo que estaban haciendo. Incluso los humanos sintieron peligro aunque no sabían de dónde.

-Eso no era lo que me decías hace dos noches -Skye rio y bebió de su cerveza como si no hubiese estado a punto de matar a alguien.

-Hay momentos en que puedes ser útil -Ravi bufó.

-No tenemos toda la noche, Skye.

-Ya regreso –le dijo a las criaturas-, no hagan nada divertido sin mí.

Los cuatro vampiros la siguieron hasta la parte de atrás de la taberna, entrando a un lugar completamente diferente al anterior. Era como entrar a un bosque de plantas vivas, todo hermoso. Pero cuando mirabas las paredes llenas de pequeños tesoros podías darte cuenta que la mujer era algo que debías tener en cuenta. Skye no estaba mintiendo cuando dijo que podía usar sus dientes como aretes. ¿Eso que estaba en la esquina era la piel de una criatura? Sí, sus paredes eran un enorme contraste a la otra decoración. Una señal que apela a tu lado racional. Si quieres mantenerte vivo, no hagas nada que lamentes después.

-¿Qué se les ofrece?

-Como si no supieras que veníamos.

-Tranquilo ahí, vampiro. Si interrumpieron tu cena no vengas a ladrarme a mí.

-Córtale a tu estúpida ceremonia –Entonces, en menos de un parpadeo, la bruja estuvo frente a Leo cruzándole la cara con un puño que seguramente le dejó viendo estrellas. A pesar de que era mucho más baja que él, el golpe fue rotundo. Las criaturas rumoraban que era una diosa, otros decían que estaba poseída por un demonio... habían tantos rumores que ninguno era capaz de saber que era realmente. Ni siquiera Ravi.

-Vuelve a ser el gatito que vino hace una semana atrás. Nunca, nunca muerdas la mano que te ayuda si no quieres pagar las consecuencias. Y te doy una idea de eso: Dolor.

-Ya basta, pelirroja –Ravi se acercó a ella poniendo una mano en su hombro. Haciendo que se relajara visiblemente y sonriera con esa sonrisa brillante nuevamente. Tomó una mecha de su pelo y suspiró al verlo cambiado a otro color, odiando todo el evento de Barbie sirena sumergida en agua caliente o fría. Su cabello tendía a cambiar de blanco a rojo ante emociones fuertes. ¿Qué se le puede hacer?

-Volviendo al juego –Les dio la espalda mientras buscaba algo en su arsenal de armas-. ¿Si les digo que sus hermanos ya no son sus hermanos, desistirían de la idea de ir por ellos?

-No -N dijo firmemente.

-Vamos Skye, nos conoces más que eso -Ravi puso los ojos en blanco.

-Está bien, está bien. Solo quería estar segura.

-¿Qué quieres decir con que nuestros hermanos no son lo mismo?

-¡Hasta que alguien captó las letras pequeñas de la advertencia! –Celebró la bruja ante la pregunta de Hongbin-. Debo decirles, por un bien moral, que lo que va a pasar a continuación, una vez ustedes comiencen su búsqueda, es una película R de muy mala calidad. Con explosiones, lluvia de balas y todo lo demás.

-Nuestros hermanos, Skye -Pidió Ravi.

-Ah, sí. Sus hermanos están encadenados en un calabozo. Estabas bien en pensar que estaban con tu padre, N. Felicidades, tu percepción ha subido un nivel –Toda la diversión desapareció del tono de su voz antes de añadir:- No todo lo que conocieron está perdido, solo muy escondido. No es el momento de armar el rompecabezas, es el momento dormir a la razón y destruir la fuente.

-¿Qué se supone que eso signifique? -La bruja les dio una espada a cada uno, junto a dos amuletos. Todos estos objetos eran una fascinante intrínseca creación.

-Ustedes vinieron aquí para una respuesta y ya la tienen. Ahora deben saber que significa. El arma que les di no puede caer en manos enemigas. Ustedes estarían muertos con un solo tajo de ella.

-Imposible –Susurró Hongbin. Ellos eran la perfecta creación de su padre. Solo una cosa podía dañarlos.

-¿No me digas que sigues creyendo que ustedes son únicos? -Negó con la cabeza decepcionada–. No van a llegar muy lejos con esa mentalidad. Su creador ha estado perfeccionando sus obras. Deben prepararse para sentir mucho dolor esta noche. Además –Soltó un bufido ofendido-, estas armas fueron hechas por mí, por lo tanto únicas en su clase. Confíen cuando digo que conmigo de excepción, estas armas pueden matar a cualquiera.

-Grandioso –Masculló Leo. Skye lo ignoró y siguió su relato, indicándole el lugar exacto donde sus hermanos se encontraban.

-Eso es todo lo que sé –Los miró a cada uno-. Deben volver vivos.

-Lo haremos -Aseguró N, pero la mirada de Skye era indescifrable.

-Nos vamos ahora -Hongbin puso uno de los amuletos en su bolsillo. Sus hermanos asintieron y dieron media vuelta.

-¿Ravi? –El grupo se detuvo para mirarla-. No me hagas querer acabar con la humanidad. Debes regresar aunque la vida se te acabe en ello.

-Es lo que planifico. Todavía tengo asuntos que resolver con idiotas que estuvieron coqueteando con la mujer equivocada.

-Tan romántico -Rio ella-. Si necesitas ayuda, convoca a Azure –Ravi asintió y luego todos desaparecieron.