Los Reyes de la Noche

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Cuando ella fue capturada, no hubo mucho que pudiera hacer. Sus sentidos estaban desapareciendo con prisa y en ese momento, apenas podía escuchar bien. ¿Por qué sabiendo esto, Azure decidió ir sola? La respuesta era simple. Estaba caminando hacia una trampa. Era una manera fácil de acabar con todo este asunto. Su tiempo se acababa, pero Okkas lo único que estaba haciendo era jugando a las escondidas. Esto la estaba volviendo impaciente a cada momento... Además, que Okkas fuera por Ravi solo por el mero hecho de probarle que no importa cuán meticulosa sea, los suyos estaban en peligro; la estaba llevando por el borde... Por esto, si ella iba a acabar muerta al final, bien ella podía usar ese elemento para su beneficio.

Sabiendo que Okkas no la mataría, mas que seguramente le hará pasar un infierno, Azure siguió el camino hasta encontrarse con sus captores. Luego de una pelea intensa, los muy imbéciles decidieron inyectarle el resentimiento de las criaturas, eso le hizo doblarse en dolor y perder la lucha. Esperaba que hubiese dejado las suficientes pistas para que los vampiros pudieran encontrarla. Ella confiaba en que Hyuk podía hacerlo. Con esto, ella podía por fin dar con el idiota de Okkas y terminar con todo.

Aunque ella sabía la tortura que pasaría, y estaba preparada para ello... Azure quería morir con cada minuto que pasaba. El encuentro con Okkas fue uno breve, pero eso no fue lo que la hizo sentirse miserable. Ver que su hermano estaba en perfectas condiciones, cuando ella estaba perdiéndolo todo, no fue lo suficiente para quebrarla. Solo bastó ver a su madre inyectándole la misma sustancia una y otra vez. ¿Acaso su existencia se reducía solo para servir de conducto para Okkas?

Para cuando su audición se había perdido, ya había perdido la vista y el gusto. Cuando le insertaron las espadas, su olfato ya estaba sufriendo daños. Las espadas estaban hechas de la misma sustancia que usaban para torturarla, lo que hacía de todo su ser uno completamente inestable. El único rayo de cordura que le quedaba, ella debía mantenerlo. Azure debía guiar a su gente... ella debía darle un espacio para poder defenderse. Entre medio del mar de pensamientos incoherentes, pudo recordar que Hongbin había puesto un plan a ejecutar. Para este momento, ese plan tenía que haber arruinado con gran parte del ejercito de Okkas, pero ¿por qué nada había pasado?

Con la urgencia de hacer algo por su gente, Azure usó proyección astral para moverse y descubrir cuál era el problema. Al ver que era lo que atrasaba la ejecución, Azure casi se echa a reír. Si hubiese estado en otras circunstancias, ella lo hubiese hecho. Mas poco le faltó para echarse a llorar, ¡esto era estúpido!

El número de criaturas en este lugar era ridículamente alto... Hongbin no se preparó para tantos. El problema con su táctica es que Hongbin era demasiado cuidadoso. Como el número de criaturas era más alto de lo que él planificó, la bomba de electricidad no iba a detonar. En acto de emergencia... Si no puedes acabar con la mayoría de ellos... mejor no hacer algo que nos delate tampoco. Ese era Hongbin. Inteligente, pero al final demasiado meticuloso.

El tiempo para mantenerse en su proyección era corto, pero Azure usó todo lo que tenía para poder modificar la bomba para hacerla detonar. Volver a su cuerpo fue doloroso. Fuera del mismo, Azure podía desconectarse del dolor que estaba sintiendo, pero con un cuerpo tan maltratado sus minutos de esa dicha eran escasos. Cuando la bomba por fin detonó, ella pudo oler un poco el hedor de carne rostizada. Con esto, Azure concluyó que su objetivo fue cumplido. Si ella podía tener un poco de ese olor, quería decir que el mismo era bastante fuerte. Lo que se simplificaba a que muchas criaturas fueron eliminadas.

Justamente luego de eso, Azure perdió su olfato. También la habilidad de salir fuera de su cuerpo. Perdiendo todo el control de sí misma, Azure solo esperaba poder mantenerse un poco cuerda. Eso le estaba costando demasiado. La tortura ya estaba ganando la partida, y era fácil perderse cuando su propio cuerpo era una trampa. ¿En qué podía concentrarse cuando no podía ver, oír, oler o sentir en su piel cualquier cosa?

La desesperanza se hizo más fuerte, hasta que sintió un roce de otro pensamiento en su mente. ¡Hyuk! De alguna forma, el conectar con una mente tan familiar le hizo sentir un poco mejor. Solo lo suficiente como para guiar a su grupo... No lo suficiente para saber qué pasaría después.

De alguna forma, las espadas que estaban incrustadas en su cuerpo se hicieron calientes hasta casi hacer burbujear su sangre. El dolor que provenía dentro de su cuerpo fue uno aterrador... uno que la dejó desorientada hasta perder la razón. En un momento, el movimiento de las espadas saliendo de su cuerpo fue uno que no ayudó a su estado.

EL cuerpo de Azure cayó de la roca cuando las espadas salieron por completo de su cuerpo. Ella no pudo sentir el viento en su piel cuando todo su peso caía sin ninguna amortiguación. E incluso aunque par de huesos se quebraron en respuesta, su estado de locura no le permitió notarlo. Todos sus instintos le decían que ella estaba en peligro, y la con la energía negativa que recreaba los gritos de dolor y el resentimiento de las criaturas en su cabeza, Azure no pudo diferenciar que los pensamientos que se estaban uniendo al caos eran los pensamientos de su gente... Haciéndola atacar.