Los Reyes de la Noche

Parte 2-1

Todo era un caos y él no podía estar próximo a matarlos a todos, porque eran sus hermanos después de todo. Aunque si bien no lo eran verdaderamente, son hermanos nacidos deltiempo, renacidos del dolor y eso era lo que importaba ahora. N vagabundeaba por la oscura noche buscando pistas de su creador, pero era como si se lo hubiese tragado la tierra. Pronto tendría que volver a casa... Nuevamente sin pistas. Maldita sea.

Si fuera por él, no regresaría hasta encontrar algo, cualquier cosa. Estar en la casa escuchando a sus hermanos encerrados en el calabozo era un peso enorme sobre sus hombros. Les he fallado. Ken y Hyuk ya estaban empezando a reconocerlos, pero en algún momento vuelven a su estado disociativo. Los demás estaban tan frustrados... Aunque ninguno de ellos dijera alguna palabra, él sabía como Leo, Ravi y Hongbin se estaban sintiendo, pues N se sentía de la misma manera.

Justamente cuando iba haciendo la caminata a sentirse como la mierda, recordando como siendo el líder dejó a su grupo desprotegido, su móvil sonó.

-¿Dónde diablos estás? -Masculló Leo.

-De camino.

-No jodas, ¿vienes de rodillas? -Él se escuchaba más alterado de lo normal.

-¿Ha sucedido algo? -Preguntó N sobresaltado.

-Necesito alimentarme, N. Juro por los dioses que si no teletransportas tu culo en los próximos minutos, dejaré la casa sin supervisión.

-¿Dónde están Ravi y Hongbin?

-Quién sabe... Los bastardos fueron inteligentes y se marcharon antes de que acabara mi turno -N se rio. Ellos eran muy capaces de hacer eso, todo sea por sacar a Leo de sus casillas... Para lo que no se necesita demasiado.

Un cambio en el panorama hizo que N se pusiera alerta. No había captado nada con su vista refinada, pero era algo que no estaba allí y apareció de momento. Sus sentidos se lo decían, mas no podía adivinar de qué se trataba. N hizo un sondeo mental, pero sea lo que sea, estaba sellada como una tumba y eso no le dio buena espina.

-¿Hola? -N escuchó a Leo maldecir antes de colgar la llamada. Moviéndose despacio, el vampiro se acercó a lo que sintió fuera de lugar y al ver el resplandor de lo que parecía una espada, atacó.

-¿Qué demonios? -Dijo la mujer luego de pegar un gritito de sorpresa-. N, por Némesis, como no me sueltes en este instante, pondré tu culo en una guillotina vestido de mujer para que todo el mundo mítico te vea antes de que mueras.

-¿Sayura? -Él la soltó rápidamente, mientras la recién llegada lo encaró acomodando su ropa con una mueca en sus labios.

-Aunque de mujer te verías increíblemente bien de todas formas -Dijo pensativa-. Tengo que trabajar más con la idea.

-Sayura, ¿qué haces aquí? -Como característico de las de su raza, ella tendía a divagar. Sayura venía de una larga línea de guerreras llamadas Leorins. Ellas eran hijas de la diosa de la justicia, Némesis y como tal, eran las encargadas de impartir la justicia en este mundo. Eran una raza ocupada, por lo que a N le estaba muy raro encontrarla en medio de la nada precisamente.

-Ah, sí. Kaíla la Hábil, envió esto.

-¿Por qué no lo entregó ella? -La Geisha de Hielo se encogió de hombros.

-Esta muy ocupada resolviendo cosas para el futuro -Eso podía ser verdad. Kaíla era omnisciente, por lo que tendía a estar mas enfocada en el futuro que en el presente-. De todos modos, tienes suerte de que no envió a Mariahya -Ugh, ella tiene razón. Mariahya la Feroz, tenía un odio inmenso a los vampiros-. Ella anda desaparecida -Continuó Sayura disfrutando ver como N respiraba profundo, reconociendo su suerte-, así que, si te caza en algún momento, antes de que te haga sufrir, dile que la estamos buscando... Por mis armas de honor, que Jaoh la Precisa, va a tumbar nuestra casa en algún momento.

-No es fácil saber que uno de tus hermanos está perdido -Él hablaba por experiencia-. Además, dudo que Noreste se derrumbe así porque sí.

-Te sorprendería cuantos hechizos de brujas mantienen esa casa funcional -Ella rio-. ¡Hablando de brujas! Kaíla mencionó: El secreto de la bruja les abrirá las puertas.

-¿Qué quiere decir con eso?

-Ni puta idea... Kaíla se esfumó al segundo después -Típico. Oráculos siempre dejaban las cosas a medias. N observó el paquete que la mujer le entregó con confusión.

-Supondré que tampoco sabes para qué es esto -Le dijo con su frustración llegando a su límite. Sayura frenó el impulso de pegarle.

-Oye, no mates al mensajero. Dale las gracias a Némesis que estoy haciendo esto sin cobrarte, ¿sabes? -Leorins... no puedes vivir con ellas, pero tampoco sin ellas. Todas terminaban siendo de ayuda al final.

-Dudo que no hayas cobrado nada, Saya. Tú no mueves ni siquiera un dedo para ayudar a un hombre -Si había alguien que odiaba a los hombres con una pasión descabellada ésa era ella-. Además, realmente estás teniendo una conversación conmigo -Lo cual era un milagro en sí mismo-... el soborno tuvo que ser muy eficiente -Sayura se encogió de hombros.

-Eso no tiene que importarte. Ya te dije todo lo que tenía que decir -Y así mismo como llegó, la Leorin se perdió calle abajo con una velocidad impresionante. El móvil de N volvió a sonar, esta vez su pantalla no reflejaba un número conocido.

-¿Hola?

-Sayura olvido decirte que hay pistas de tu creador en el desierto.

-¿Kaíla?

-Supongo que sí. Mi nombre seguía siendo el mismo la última vez que verifique.

-¿Cómo tienes mi número? -Un bufido llenó la línea.

-¿Tu cerebro se atrofió al estar a punto de morir? Tengo todos los números que quiera saber. Soy vidente, hombre -N se sintió avergonzado momentáneamente-. Te lo dejaré pasar, para la próxima, por Némesis, te arrancaré la lengua. No la necesitas si vas a hablar idioteces.

-Kaíla, ¿qué contiene la caja?

-Descúbrelo por ti mismo.

-¿Qué quieres decir con el secreto de la bruja? ¿Qué bruja? -Existían tantas que él podía estar una eternidad buscando sin encontrar nada.

-¿De qué brujas hablas?

-Tú me advertiste algo sobre la bruja -N tenía que tratar de mantener la conversación, la Leorin podía perderse en el futuro en cualquier momento, por lo que él debía sacarle la mayor cantidad de información posible antes de que eso sucediera.

-¿Lo hice? -Se escuchó un silencio en la línea-. ¿Por qué la gente me llama constantemente para decirme que yo dije no sé que cosa? ¡Los mataré a todos! -Colgó.

Tenía que suponer que esto iba a pasar, porque la suerte nunca estaba de lado del vampiro. Con mas preguntas que respuestas, N volvió a casa. Obviamente, Leo no estaba por los perímetros. Alarmado fue a verificar los calabozos, pero no tenía porque preocuparse, Leo había dejado a sus hermanos preparados para su ausencia. N volvió al salón donde llevaba sus investigaciones, pensando en que tenía dos pistas. Estaban incompletas y sería una mierda ponerlas juntas... El desierto y la bruja. N necesitaba convocar una reunión y contarle al resto lo que descubrió por lo que les envió un texto a todos. Debían ponerse a trabajar para acabar con esto lo más pronto posible.