3-6

7 1 0
                                    

¿Por qué debía de hacerle de niñera? Aunque a Ken le hubiese visitado la musa de la lógica, él no debió darse por vencido a la primera. N no era partidario de quedarse sin hacer nada y, para rematar, el silencio era tan grande que él podía escuchar hasta el más mínimo sonido que se alzara en la quietud. Lo que era mucho decir viniendo de un vampiro. Esto no era nunca un buen indicio para N. De hecho, le hacía sentir inquieto. En busca de algo que hacer, N volvió a la habitación de Ravi. Su hermano se veía bien, pero no presentaba ninguna otra mejoría. Era como si el cuerpo se hubiese quedado encendido sin alguien que lo condujera. Eso lo tenía tenso... Tampoco ayudaba que los demás se hayan marchado y no han dado señales de vida.

Otra cosa que no le ayudaba a sentirse tranquilo era que su creador no los hubiese atacado todavía. Los dioses saben que el hombre siempre buscaba la manera de acabar con ellos. Nunca nada es buen indicio. Si algo bien aprendió el vampiro en un pasado es que cuando algo andaba demasiado tranquilo o bien, muy pronto le seguiría el desastre. Ese pensamiento lo tenía con los nervios de punta.

N salió de la habitación, sumido en sus pensamientos. ¿Debería ir a dar una ronda por el perímetro? Tal vez eso lo haría sentir menos nervioso. Esos eran sus planes antes de encontrarse con Skye en el recibidor al bajar las escaleras. ¿Es que su sistema de seguridad no estaba funcionando? Las Leorins entraron como si fueran dueñas de todo, y ahora era el mismo caso con la bruja.

-Si siguen confiando en esas cosas deberían estar muertos -Dijo la bruja con una mueca, dirigiéndose al cuarto de reunión.

-Pagamos una tonelada por ese trabajo -Se defendió el vampiro-. Las brujas nunca fallan con lo que venden -Skye se encogió de hombros.

-Las letras pequeñas, N. Las letras pequeñas del contrato te dicen el fallo.

-¿Me estas queriendo decir que no funciona si las criaturas se teletransportan dentro de la 

casa? -N estaba confundido y ella se rio de eso.

-Eres tan adorable -N puso mala cara. ¿Qué estaba pasando en realidad?-. Te estoy tomando el pelo -Dijo Skye con tono jovial-. Nosotros tenemos nuestros métodos. Además, se supone que solo avise cuando hay intrusos en el perímetro. Por intrusos refiérase a criaturas que le quieren hacer daño, yo soy una intrusa, pero de las buenas -Ella le guiñó un ojo y se rio de su propio chiste.

-¿Qué te trae por aquí? -Preguntó por cambiar el tema. Era evidente que Skye solo iba a burlarse de él sin importar lo que pasara.

-Vengo a entrenarte... y con suerte ese trabajo no me tomará toda una eternidad.

-¿Entrenarme?

¿Vas a temerle a tus poderes toda tu existencia?

-¡Claro que no! -N estaba ofendido y enojado por la pregunta. Siendo un tema delicado para el vampiro, que ella se lo tomara tan ligeramente no le hacía gracia. Para empezar, no era que les tuviera miedo a sus poderes, sino al daño que puede causar con ellos.

Todos sus hermanos lograron aprender a controlar sus habilidades de una forma y otra. Sin embargo, N renació con unos poderes fuera de control. En practicas ha encendido en fuego a Hongbin más veces de las que puede contar, es un milagro que su hermano esté vivo para contarlo. Esto hizo que ninguno de sus hermanos a parte de Ravi quisiera entrenar con él. Si no fuera porque Ravi estaba protegido por Azure, el hombre hubiese muerto una de las últimas cinco veces que lo incendió como el hombre antorcha. Sin mencionar que ha incinerado criaturas y ha causado incendios involuntarios en varias ocasiones.

-¡Vamos a la practica entonces! -Aplaudió ella con emoción, sacándolo de sus pensamientos.

-¿Qué entiendes tú de mis poderes? -Skye puso los ojos en blanco.

Los Reyes de la NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora