Los Reyes de la Noche

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¿Cómo era que todo el mundo se fue de la mansión y él tenía que cuidar siempre del caído? ¿Me ven cara de niñera? Luego de ir a revisar a Ken y esperando que no ocurriera otro tipo de ataque, N volvió a la sala de entrenamiento. Él estudió con detenimiento los daños hechos por Hongbin. Si su hermano pudiera hacer de su ataque uno genérico, uno que los pudiera defender a todos, ninguno de ellos tendría que preocuparse en la lucha que se avecinaba con prisa.

Sus hermanos estaban mostrando indicios de poderes, lo cual era magnífico... pero, ¿por qué en estos momentos? No es que no estuviera aliviado de que tuvieran más para defenderse, es que simplemente no se sentía que esto era totalmente cosa del azar. ¿Quería esto decir que Ken, Leo y Ravi también tendrían poderes? ¿Estaban todos ellos tan en desventaja que la bruja se los ha dado? ¿Era ella capaz de hacer eso? ¿Es Skye tan poderosa? Nada tenía algún sentido, y el vampiro estaba cansado de darle vueltas al asunto sin encontrar respuesta.

Con un suspiro, N se sentó en el sofá más cercano y cerró los ojos. Estaba tan cansado, no de manera física, sino mental. Ha pasado tanto en tan poco tiempo que se sentía todo fuera de lugar. Como si nada de esto se supone que pasara, pero que por culpa de un mal cálculo o una mala intención, todo se fue a la mierda. ¿Qué se le escapaba de las manos? ¿Por qué Okkas se ha encaprichado con ellos? N no creía que era meramente porque ellos eran excelentes guerreros. Eso era absurdo.

Sea cual sea el problema, esperaba que sus hermanos y él salieran airosos. ¿Cómo podía él poner esta situación a su ventaja? Sabía que los demás pensaban de la misma manera. Hongbin reclutó aliados junto a Gabrielle; Leo logró la alianza con los Demonios de Sangre; Ravi y Hyuk fueron a buscar pistas sobre el lugar donde se encontraba Okkas para apelar al factor sorpresa... Ken no cuenta porque estaba inconsciente. Así que, ¿qué estaba haciendo él para favorecer la situación? A parte de adiestrar su poder y entrenar, N no ha hecho nada más. Eso lo hizo sentir malhumorado, porque él no era de las criaturas que solo se sentaba a mirar.

-Te llamo para decirte que voy de camino a una misión suicida -Le dijo Leo, cuando contestó su móvil que cortó el silencio sin piedad alguna.

-¿A dónde te diriges? -Leo nunca avisaba que iba a enfrentar, él avisaba cuando ya estaba allí y no podía salir, o después de que el problema no es problema. Que él estuviera llamando, indicaba que existía aproximadamente un 50% de morir.

-Genem Qara

-¿Estas demente? -Leo rio entre dientes.

-Eso parece.

-Iré contigo.

-Negativo -N quiso maldecir-. Llame para avisar, no para pedirte ayuda. Si te hace sentir mejor, Mielliki y su esposo están de refuerzo.

-Espera, ¿esposo? -En la línea pudo escuchar a una mujer malumorada y Leo rio un poco.

-Increíble, ¿cierto?

-Es como un acto milagroso -Ambos reímos esta vez.

-N, si no salgo con vida de esto. Protege a los demás. Si caen de nuevo en las manos de Okkas no habrá una forma pronta de salir -Esa petición lo tomó desprevenido, pero no pudo contestar porque Leo ya había colgado.

Mirando el móvil en sus manos, N se preguntó si estaba bien dejarlo ir por su cuenta. No podía hablar por el esposo de Miellikki, pero sí podía hablar por ella. Mielikki era una guerrera de leyendas. Sí estaba junto a Leo, la bruja la envió allí . Eso era suficiente como para aliviar un poco su preocupación.

Si todos estaban trabajando tan arduamente por salvar sus vidas, él debía ponerse en movimiento. Considerando sus opciones, N recordó un estupendo detalle. Okkas tiene una debilidad, y el vampiro no solo sabía cuál era, sino que también sabía donde encontrarla.