Kalon #2 [Completa]

13. Soltera y sin compromiso

Marihela

Salvador cierra la puerta después de casi terminar lo que su hermano empezó. Todos se van junto con él y me dejan con Marcos. Está en el mueble con una compresa de hielo en el ojo izquierdo el cual está completamente morado. Casi todo su rostro lo está. Pómulos, barbilla, labio, ceja... Todo. Todo su rostro quedó maltratado y ya no sé que hacer con él.

–¿Por que demonios hiciste eso? –Espeto.

–¿Si te das cuenta quién quedó peor?

–No se te ocurra hacerte la víctima hijo de puta. Bien que fuiste tú quien empezó todo y sabías que la llevas de perder porque ellos desde hace tiempo entrenan y saben pelear. Tú únicamente te ejercitas. Únicamente te querías hacer ver como un hombre por estas enfrente mío y sabes que así no vas a ganar nada, imbécil.

–No sé porque lo defiende con tanto afán si es el mismo que según tú no te iba a causar daño alguno y henos aquí Cielll. Los sigues poniendo por encima de todos únicamente por tus sentimientos.

–Tú haces lo mismo. Sabes a la perfección que no siento nada por ti y no quiero ser dura, te lo he dicho de todas las putas maneras posibles, pero sigues pensando que puede haber algo y lo pagas con él porque sabes que...

Me callo. No creo estar preparada para decirlo en voz alta.

Me mira esperando una reacción.

–¿Lo amas? –El dolor reflejado en su mirada me hace sentir mal, pero no reacciono –Claro que lo amas –asiente –¿Por qué no amar al tipo que te dejo, posiblemente engañó y además es el mama huevo más grande de este mundo, por sobre el chico que de verdad te quiere. Te ama, te hace reír, te protege y el que ha estado contigo desde antes que él?

–Basta –Exijo –No te compares y te he dicho desde hace tiempo que te veo únicamente como amigos, casi hermanos –Mis palabras lo hieren, pero no me inmuto.

Le he intentado decir desde hace años que me deje ir y no parece entenderlo.

–Pero yo no –Se levanta con una mueca de dolor. Medio cojea a mi y me toma de la cintura.

–No –Me intento alejar pero con todo y golpes es más fuerte –No te hagas esto –Ruego.

–Dame una oportunidad –Me toma de la mejilla con su dorso –Puedes sentir algo. Podemos ser algo y voy a ser mejor que todos los idiotas que se te han acercado, Cielll.

Niego.

–Sabes que no soy para ti.

–Pero ¿Por qué? –Pega su frente contra la mía –¿Por que no me entregas tu corazón para amarlo? ¿Por que se lo prefieres dar a él?

–Sabes la respuesta –Digo con pesar.

–No te merece.

–Y yo no te merezco a ti. Te quiero, pero no es más de eso. No te puedo corresponder como lo quieres. No te puedo ver cómo me vez a mi.

–No lo entiendo. No entiendo porque las mujeres siempre prefieren lo que les hace daño.

–El no es lo que piensas –Digo y al instante me siento mal.

Ni yo se lo que pienso de él. Él es...

No sé porque, pero sonrió pensando. Cuando empezamos me gustaba su manera protectora de cuidarme. Verme. Tocarme. La forma en la que me decifraba, la manera en la que me decifra. Y conocerlo ahora es como conocer a otro chico, carismático, pícaro, lindo, tiene un nuevo aire de él, es posesivo, me cuida...

Pero ya no se que pensar. No sé que hacer.

Mi mente está revuelta con tantas posibilidades y la mayoría son malas.