37. Juntos

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Marihela

Abro los ojos al es escuchar el problema que pensé eran solo papeles mal organizados.

–¿Todos están bien?

–La alarma de incendios se encendió con el humo y todos salieron. No hubo heridos, pero los bomberos tardaron en llegar y el piso en el que hubo el incendio está en medio del edificio. Por ende las bases están débiles y eso es un peligro. Tengo como cinco juntas y tengo que hablar con un arquitecto para saber que podría hacer. Tendiendo en cuenta que son contrucciones viejas. Al comprarlo se remodeló, pero con lo ocurrido no se la circunstancias en la que está. No es el edificio principal de francia. Ese es el París. El edificio es en Angers.

Mi conocimiento sobre las ciudades de Francia son muy pocas, pero reconozco el nombre.

El remordimiento de conciencia me llega por qué el tema es serio y yo pensé en coger como una perra hormonal sobre el escritorio.

Me avergüenzo de mi en este momento. No lo niego. Creo que volver a estar con él activo ese lado ninfómano apagado que se enciende solo y específicamente con él. Con mi hombre.

–¿Que piensas?

Lo miro y niego 

–Nada.

–Estas roja...

Frunzo el ceño y me cubro las mejillas.

–Es...

–Ni siquiera intentes decir que es calor.

Busco una excusa lo suficientemente creíble.

–No sé. Tengo muchas cosas en mente. Primero no pensé que fuera tan grave. Segundo... Quizás no fue la mejor idea venir. Vas a estar ocupado y yo voy a ser una distracción.

–Eso es lo que necesito –toma mi mano –Me voy a estresar y necesito esa pequeña luz por qué de lo contrario me voy a volver loco. Solo espero que no te aburras mientras estoy ocupado.

–Yo busco una distracción.

Sonríe y deja un beso en mis labios

–Te amo. Eres la mejor.

–Lo sé.

Se ríe.

–Llegamos –Comenta el señor que contrato Dylan para que nos traiga al aeropuerto.

Bajamos y me llega el calor de golpe. En atuendo es hermoso, pero considerando que estamos en verano y el calor es horrible. No es una buena combinación.

Montan en el jet únicamente mi maleta. Nos subimos y considero ir a colocarme ropa interior y dejar de ser una descarada. Sin embargo él entra conmigo al cuarto.

–El vuelo no es muy largo. Vamos a descansar un rato –Se acuesta en la cama y me extiende los brazos para que me acueste con él.

Veo la maleta a un lado de la puerta y al final me acuesto por qué no tengo una forma de colocarme ropa interior sin que se dé cuenta.

Me acuesta en su pecho y me quedo un largo rato reposando. Sus dedos acarician mi espalda. Coloco una alarma por si en duermo. Ya que me debo maquillar y tapar los leves morados en mi rostro.

Sin darme cuenta me quedo dormida en su pecho. Me despierto junto a la alarma y sonrío al sentir los brazos fuertes rodear mi cuerpo. Dejo un beso en su barbilla al ver que también está dormido. Le hago cariño un rato hasta que logro salir de su fuerte agarre. Apago la alarma y lo arropo. Dejo otro corto beso y una muy pequeña sonrisa se posa en sus labios. Casi como si supiera que soy yo.

Kalon #2 [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora