20. Seguir

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Dylan

Salgo del baño y me voy a la cama. Veo a Isabelle entre las sábanas. Una hermosa sonrisa se posa en sus labios en cuanto me vé. Abre los brazos dándome un espacio para que me acomodo en medio. Me acuesto sobre ella acostándome en sus pechos. Dicho que sube y baja todavía agitado. Sus manos acarician mi cabello.

–¿Que deseas comer? –Indago.

–Me vas a preparar comida –Sube una ceja.

–No. Voy a pedir delivery –Eso parece sorprenderla menos –Sabes que la cocina no me va.

–¡Se te evaporó el agua de la pasta! –Chilla entre un regaño y divertida.

–¡Dije que no era bueno! –Me defiendo.

–Era agua, Dylan.

Me levanto con mala cara. Se ríe de mí rostro. Eso solo me hace fruncir más el ceño. Toma mis mejillas y sin previo aviso me atrae a sus labios. Sonrío sin evitarlo. Me rodea del cuello, aparta la sábana y me acerca a su cuerpo dejándome sentir su cálida piel. Sus pechos quedan aplastados entre ambos. Me rodea de las caderas esparciendo besos en todo mis rostro.

–Me encanta que seas malcriado.

–A mi encantaría que tú lo fueras.

Se encoje de hombros.

–No puedo ser tan perfecta –Bromea divertida.

Dejo un beso en su frente y me alejo en busca del teléfono que reposa en la mesa de noche.

–¿Pizza? –Asiente eufórica.No tardan mucho en responder. Pido la favorita de ella y cuelgo –Llegan en quince minutos.

Asiente.

–En quise minutos podemos ser productivos.

Niego entre risas y me acerco dejando un beso.

–Niña mala.

–Te encanta.

–No lo niego.

Se sienta en la cama. Se tapa con las sábanas y mira su entorno hasta conseguir su ropa interior. Se levanta de la cama con la sábana cubriendo su cuerpo. La roma del suelo y se las coloca. Toma la franela que tenía puesta haste rato y la pasa por su cuerpo. Sonrío al notar sus mejillas coloradas.

Salgo a la sala y me preguntó cuando vendrá Daniel. Camino rápido a la oficina. Reviso si hay alguna novedad en la empresa y gracias a dios no. Salgo nuevamente a la sala. Noto a Isabelle sentada en el sofá. Mira muy concentrada su teléfono y supongo que tienen que ver con trabajo.

Su entrecejo fruncido me causa gracia. Me le acerco por detrás. La tomo de la barbilla y le robó un beso que la relaja de más.

Me sonríe y sigue en lo suyo. Voy a la cocina. Me sirvo un vaso de zumo de naranja. Rebuscó en los gabinetes. Saco un bolsa de patatas fritas y salgo a la sala. Me siento en el mueble. Mientras la castaña frente a mí se concentra en sus teléfono saco mi laptop y me coloco a revisar unos papeles de finanzas. Los leo atentamente buscando cualquier error.

Tocan la puerta.

–¡Oh! –Se levanta –La pizza –Casi corre como un niña emocionada deseando su comida favorita.

Veo su espalda y sonrío. Abre la puerta. No dice nada y noto el porque segundos después que mi cerebro lo procesa.

Dejo la laptop a un lado y veo a Marihela nuevamente frente a mí puerta con un rostro un tanto incomoda a notar a Isabelle. Sus ojos la recorren. Apartas la mirada y me mira a mi. Ni siquiera me analiza. No es tan masoquista. Sus ojos se posan en los míos.

Kalon #2 [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora