Kalon #2 [Completa]

30. Una Noche

Marihela

Me termino de echar crema en el tatuaje de la muñeca. Ya todos estar por completo cicatrizado. Al hablar con Nayely supe que resulta que los tatuajes lo pagamos con una tarjeta que Salvador le dió. Está a nombre de ella y no tiene límites por lo que entiendo. Nayely la tiene, pero nunca la había usado hasta que nos tiramos unas de las mejores borracheras de nuestras vidas y la utilizamos para los tatuajes. Por eso supimos en dónde lo hicimos y al menos me quede tranquila al saber que lo hice con un buen tatuador. Revise su trabajo y me gustó. Hasta me quedaron ganas de hacerme otro.

Le escribí para recibir indicaciones sobre el cuidado del tatuaje. Me dió gracia al ver cómo describió a cuatro mujeres usurpando su tienda exigiendo tatuajes. Se intentó negar por nuestra situación y estado, pero nuestra insistencia fue avasalladora.

La cuestión es que gracias a eso compré una mejor crema que me recomendó y le expliqué como estaba los tatuajes. Le pase fotos y me dijo que estaban cicatrizando de maravilla.

Cumplí todo sus cuidado. No recibieron sol. Ni ningún tipo de exposición a cualquier elemento que los pueda afectar.

Me desconcentro al escuchar mi teléfono. Lo veo de reojo notando que es una videollamada de Dylan. Desde el jueves no nos hemos podido ver. Su exceso de trabajo es preocupante. Y siempre que pienso ir tengo que trabajar o estudiar.

Contesto la videollamada y apoyo el teléfono en el escritorio para que me vea.

-Hola -saludo.

Me quedo en un lugar donde pueda ver mi reflejo en el espejo y subo la blusa de tiras para dejar al descubierto. La serpiente.

-¿Tan rápido me quieres dar un regalo?

Sonrío.

-Como no me has venido a secuestrar te quedas sin regalo.

-Lo siento. Sé que no hemos estado juntos y te extraño, pero cada vez que consigo terminar viene otra cosa.

Me termino de echar la crema.

-Admito que no pensé que así fueran las cosas estos días. Creo que hemos estado más juntos cuando no estábamos que en esta semana... Me gustaría verte -Espero que mi piel absorba la crema para bajar la franela y tomar el teléfono -Hoy voy a salir con las chicas al bar... No me mires así. No voy a beber -Sube una ceja.

-Recuerda lo que hablamos -pide.

-¿Viste? ¿Por qué no te tomas un tiempo y estás conmigo? Así te cercioras que no tome nada -Sonríe pensativo -Por favor -pido -Te quiero ver. Y después podemos venir o vamos a tu departamento y nos quedamos juntos.

-Te paso buscando.

Sonrío emocionada por verlo, pero no digo nada. Sin embargo mi sonrisa es más que suficiente demostración ya que ladea la cabeza

-Te ves adorable.

-Yo no soy adorable -refuto -Lo mío es ser odiosa.

-Pues eres una odiosa adorable.

Ruedo los ojos y me guardo la sonrisa.