6. Pervertida

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Can't give up - Ali Gatie

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Dylan

Ironías... Las ironías de la vida son muy interesantes. El dolor que yo le puede haber causado cuando me fui, podría decir que se compara a ella diciéndome de una manera tan fría, como si le importara muy poco mis sentimientos que ha estado con otro.

Han pasado dos días pero lo recuerdo aún por qué no e dejado de pensar en sus palabras. El dolor me sigue carcomiendo por dentro.

Sus palabras se siguen repitiendo en mi mente, su burla y su risa. La manera fría y desgarradora con la que me miró. Como si no tuviera ningún sentimiento por mí.

Pero sus ojos la delatan. Ellos me siguen demostrando que aunque no lo diga, aunque no lo demuestre, me sigue queriendo, lo puede negar y pude mentir diciendo que no me desea, que no me tiene afecto, pero sus ojos la siguen delatando, me ama y aunque no me lo diga, yo lo se. A la final dicen que los ojos son el alma del cuerpo. Y los suyos reflejan todo.

El día de la salida con el imbécil llegó completamente seria y llena de pintura, se baño antes de irse a su departamento. No sé, como la paso, pero algo debió haber salido mal, lo cual para ser sinceros, me alegró.

Ayer salió en la tarde a no sé donde, salió con ropa deportiva y llego después de las siete.

Me levanto de mi cama y camino al baño del cuarto. Me aseo y salgo al cuarto nuevamente. Me acerco a mi laptop y le paso un correo a Jennifer para que me pase unos documentos.

Tocan el timbre.

Frunzo el ceño...

<<¿Quién puede ser?>> Salvador viene más tarde.

Salgo del cuarto y camino por la sala a la puerta.

El piso es grande. Las paredes son de color marfil, junto con un color gris metálico, los muebles son de cuero negro, la cocina es completamente blanca, con unas que otra decoración de cerámica de color azul celeste, junto con blanco y un gris claro, casi blanco. El baño es espacioso, tiene una tina y una ducha de lluvia, el departamento también trae un pequeño lavandero. Solo tiene un cuarto, los colores son oscuros y la decoración es clásica, pero elegante. La oficina es de decoración rustica, tiene un gran escritorio junto con gabinetes, una pequeña nevera y un mini bar.

Llego a la puerta y abro. Veo a Christian. Entra de una vez como si fuera propia.

Se tira en el mueble.

–Hola –Me quedo en la puerta y la cierro con una mueca.

–¿Estabas en el segundo piso? ¿En el tercer terreno? O ¿estabas en el lado sur del lugar? ¿Por qué tardaste tanto?

Saco una risa.

–Un gusto verte también ¿Como estas?

Sonríe con malicia.

–De maravilla –Ruedo los ojos y me tiro al lado de él en el mueble –No deberías abrir la puerta sin camisa... te pueden violar.

Sonrío.

–Estoy en mi departamento y puedo estar como a mi me de la gana... Y la que quiero que me viole no lo hace –Hago una mueca.

Se ríe, su voz es más gruesa que la última vez. Es raro. Lo deje con dieciséis y de la noche a la mañana ya va para veinte. Yo me fui con esa edad y ya tengo veintitres. Es un tiempo que perdí y que sé que no va a volver.

–Tranquilo –Hace un puchero –Algún día te violara... Tarde o temprano lo hará.

Miro el techo.

Kalon #2 [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora