28. Mudanza, otra vez...

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Marihela

Miércoles veinte de junio. Papá cumple dos semanas y sé me hace difícil pensar que el tiempo pasa tan rápido. Es complicado pensar que mientras yo sigo con mi vida el está en algún lugar. Quizás viendo. Quizás no. Quizás se dio cuenta por fin de lo desastrosa que es su hija.

No he llamado a mi papá por la simple razón que allá son las siete de la mañana y debe estar en camino al trabajo. Aquí son las tres y me estoy terminando de vestir para ir con Dylan para arrendar el departamento. Yo voy por ser la nueva inquilina y el por qué va a dar el cheque. Así que bueno. Casi siento un dejà vu de cuando estaba por mudarme a mi antiguo departamento.

Tal cual salimos del departamento de Nayely.

–¿Cómo estás? –indaga al salir de la puerta dejando a todos atrás.

–Me siento un poco melancólica y sigo con dolor de cabeza.

–Lo bueno es que la tu cruda sabe porqué no puede volver la tu ebria –Sonrío –¿Nos vamos en mi camioneta? Cómo vamos al mismo lugar No es necesario llegapor separado

Asiento sin problema. Terminamos de bajar y nos conducimos al estacionamiento. Al llegar. Así camioneta la miro.

–¿Quieres conducir?

–¿Puedo? –Volteo entusiasmada. No lo niego.

Sonríe y asiente.

Me tira las llaves. La tomos en el aire y voy hasta la puerta del piloto. Abro la camioneta y entro. A mi lado entra Dylan con una sonrisa. Al entra lo primero que noto es el delicioso olor a coco mezclado con colonia.

<<Su olor es embriagante. Adictivo al igual que todo en él>>

Me tomó el tiempo de detallar cada parte. El volante forrado en cuero. Los asientos frios del mismo material. Es completamente hermosa. Si mi cuenta de ahorro estuviera en mejor estado vendí el carro y compro una camioneta así.

–Huele rico.

–¿A mi?

–Exacto. A decir verdad no pensé que tu olor siguiera aquí considerando que varias mujeres ha estado aquí.

Se ríe.

–Marihela tampoco meto a mi camioneta a tres mujeres diario.

Me encojo de hombros.

–¿Quien sabe?

–Pues no.

–A ver ¿Con cuántas has estado desde que terminaste con Isabelle?

–Ocho. Máximo nueve.

–Mmm –Se ríe –¿Qué?

–Siempre preguntas cosas que no quieres saber.

–¿Y entonces por qué respondes?

–De no hacerlo te indignas. Enojas o en el peor de lo casos creas ideas en tu cabeza –Ruedo los ojos negándome a darle la razón –Tu silencio me da la palabra.

–Ay. Cállate –Sonríe. Enciendo el carro y me deleito con el sonido del motor –¿Puedo poner música?

–Has todo lo que te haga feliz.

Sonrío. Volteó y lo miro. Me pierdo unos segundos en el miel intenso de sus ojos. Bajo la mirada por nanosegundos hasta sus labios. Aparto la mirada y veo al frente para retroceder. Salgo del estacionamiento y voy camino al departamento.

Condujo en un cómodo silencio dónde escucho a Rihanna y si. El no se molesta. Por el contrario parece reconocer varias de las canciones por qué sus dedos repiquetean en su muslo al song de la música. Canto Only Girl en un susurro. Y meneo la cabeza.

Kalon #2 [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora