Epílogo

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Marihela

Salgo del cuarto mientras me acomodo el vestido. Entro a la oficina donde se encuentra mi esposo. Sonrío al verlo sentado en su escritorio con su atención puesta en la laptop. Sube la mirada del aparato en cuanto me ve y sonríe. Rueda la silla hasta atrás mientras revisa unas documentos. Camino hasta donde está y me siento en sus piernas. Acaricia la misma mientras y deja un beso en mi mejilla antes de seguir revisando los papeles.

–¿Y Maverick? –Indaga.

–Le llegó visita –Sube la mirada –Ya sabes. Los amigos.

Asiente y deja un beso en mis labios.

–¿A qué hora salimos?

–En la tarde. Yo voy a pasar por la oficina. No sé si me acompañan.

–Lo más probable es que si.

Sonríe y acaricia mi piel. Sonrío al ver cómo deja un recorrido de besos en mi cuello.

–Te extraño, amor.

Muerdo mi labio. Tener hijos y una relación no es fácil. Mejor dicho. El no tener tiempo con tu pareja es complicado.

Sonrío y busco sus labios.

–Hoy estamos en Francia –acaricio su mejilla

En Francia irónicamente pasamos más tiempo juntos que en España. Los chicos se encierra en su mundo y se colocan a hacer cualquier cosa. A demás. La casa es inmensa. Cómo estamos allá Dylan no trabaja tanto para pasar tiempo con nosotros y en la noche ya estoy desocupado. Así que somos del otro.

Lo rodeo del cuello y abro las piernas

–Por favor –Dejo besos en su cuello.

Sonríe y acarició mis muslos antes de adentrar los dedos en mi entrepierna húmeda.

–Me encanta que nos lleves nada.

Sonrío y busco sus labios. A nuestra forma intentamos mantener la pasión. Y después de quince años de relación creo que vamos bien.

Muevo las caderas contras sus dedos. Me acuesto en su pecho y busco sus labios... Gimo por lo bajo contra sus labios con felicidad de sentir a mi esposo tocarme...

–¡Mamá! –La puerta se abre de golpe. Aparto la mano de Dylan y disimulo la situación muy a mi pesar sintiendo la necesidad de sentir a mi esposo.

–¿Que te hemos dicho de tocar? –Cuestiona Dylan con una ceja enarcada.

Mi princesa detiene su paso eufórico y mira a su padre. Por mi parte analizo su cabello castaño largo y desordenado. Sus ojos castaños se posan en nosotros.

–Perdón. Es que me acordé de algo muy importante.

Frunzo el ceño.

–Por favor dime que no es un actividad en el colegio.

Niega.

–Regina cumple años el lunes y yo no le he comprado nada y hoy nos vamos a Francia y llegamos el domingo en la noche ¿Cómo hago?

Kalon #2 [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora