TREINTA

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3;24 AM.



JungKook.






Cerrando la puerta detrás de mí, me recargo en ésta y suelto un suspiro ahogado. Las náuseas no me dejan dormir, la fiebre no calma en lo absoluto y siento mi cuerpo totalmente débil.



Sin duda alguna estoy pasándola fatal y el hecho de tener que estar levantándome cada cinco minutos por tener ganas de vomitar, me exceden de una forma que madre mía.




No he podido si quiera pegar un ojo en toda la maldita noche. Y eso está mal, puesto que debo de estar muy lúcido en la mañana para comenzar a tener mi tratamiento, el cual está pactado para las 7:30 AM.




Perfecto el horario. Jodidamente perfecto.




Remojo mis labios y ese gustillo amargo no se va ni siquiera con el sabor de la pasta dental, arrugo mi nariz y comienzo a caminar hasta mi cama. Allí me permito sentarme en ésta y cruzarme de brazos, mi mirada se pierde en el suelo de madera, ni siquiera estoy teniendo algún pensamiento.






Tirándome hacia atrás, dejo mi mirada en el techo, pero unos pequeños pasitos y el abrir de la puerta me hacen levantar mi cabeza y allí me encuentro con la figura de Hye Kyo, quién me mira con preocupación y se acerca hasta mi con decisión.





—¿Te sientes bien, papá?— Me pregunta subiéndose a la cama. Yo no puedo responder puesto que su manito viaja hasta mi frente y cuando se da cuenta de mi estado, me mira con sus ojitos bien abiertos. — Tienes fiebre. Sebin me dijo que te ponga paños fríos, voy por ellos.






¿Sebin?





Su nombre resuena en mi mente y no puedo evitar sonreír por ello y por lo atenta que está siendo Hye Kyo conmigo. Yo mantengo mi mirada en cómo ella da un saltito y baja de la cama para ir al cuarto de baño.





—¿Que haces despierta a estás horas?— Atreviéndome a hablar, le pregunto mientras me acomodó mejor y dejo mi cabeza sobre la almohada.





— No puedo dormir, el tío Jimin ronca mucho. — Me contesta aún desde el baño. Yo suelto una risa y luego escucho la canilla abrirse. —¿Dónde tienes un pañuelo? — Nuevamente escucho ruidos dónde se encuentra y luego se responde a ella misma:— Ya los encontré.






— Deberías de dormir, cariño. ¿Por qué no le has pegado una patada o algo así?— Mi consejo la hace reír, pero realmente es lo que yo haría. — Funciona, lo he hecho decenas de veces.





— Pero yo quiero a Jimin, papá. No le voy a pegar. — Su inocencia me hace derretir de ternura.






Hye Kyo sale del baño con un pequeño bol, el cual no sé de dónde lo sacó, puesto que no recuerdo haber llevado uno, y allí hay agua que moja un pañuelo negro, yo observo sus movimientos con cautela. Ella lo deja en la mesa de luz que tengo al lado de mi cama y estruje con fuerzas hasta dejarlo húmedo, luego lo dobla y en cuestión de segundos siento el frío en mi frente.






— Listo.— Ella me sonríe mostrándome sus hoyuelos. Unos que amo observar.—¿Puedo mirar la tele? No tengo sueño.




— Te desveleras más, Hye.— Quiero negarme, pero sus ojitos brillosos se vuelven parecidos a los de un perrito.




¿Cómo negarme así? Niña del demonio que amo con mi vida entera.




— Vale, pero solo por un rato, eh. — Cuando le digo ello, ella me da un sonoro beso en mi mejilla y corriendo hasta el otro extremo de la cama, se sube con rapidez y gatea hasta mi lado.—El control remoto está debajo de mi almohada.





Medicinal Love [ Jeon JungKook +18 ]. FINALIZADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora