TREINTA Y CUATRO

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JungKook.





Nunca creí que debería de andar como un total infiltrado en mi propio lugar de trabajo, pero aquí estoy, saliendo del consultorio que ocupo con total sigilo para que ninguno me pueda ver.

Es decir, solo anuncié mi llegada en mesa de entrada y ni siquiera fui capaz de ir hasta la sala que solemos ocupar. Porque sé, que allí debe estar, al menos, uno de mis amigos y para evitarme ciertos regaños, preferí solo ir dónde debía.

Si bien no me siento al 100% como me gustaría, no ando como damisela en apuros cayéndome. Pero no voy a cantar victoria. Estoy aprendiendo a soportarlo, solo un poco.

Cerrando la puerta detrás de mí, miro hacia ambos lados del pasillo y solo puedo ver a algunos enfermeros y médicos caminar junto a pacientes, yo sonrío apenas por ver qué ninguno de los estúpidos que tengo como colegas andan por mi lugar. Así que con la mochila colgada de mi hombro, comienzo a caminar lentamente teniendo un solo objetivo: Irme cuanto antes. Podría preparar el almuerzo y luego esperar a que Hye volviera del colegio, ya que comenzó nuevamente.

—¿Qué carajos haces aquí?

Me cago en la madre que me parió.

Inevitablemente trago duro, cierro mis ojos con fuerzas y no quiero darme vuelta y enfrentar a Hoseok. No señor.

— JungKook. — Me llama áspero. Joder.

Soltando todo el aire contenido, con lentitud me doy la vuelta y sonrío arrugando mi nariz, pero el rostro descompuesto de él me hace borrar mi mueca.

—¿Que haces aquí?— Cruzándose de brazos, espera mi respuesta.

« Piensa rápido, inútil. »

— He venido por algunas pertenencias que tenía en mi consultorio. — Digo intentando parecer calmado.

—¿Oh sí?— Yo asiento con rapidez. — Entonces supongo que puedes devolverme mi anotador y estetoscopio, ¿Verdad?

— Uh, los olvidé adentro, si quieres vuelvo a buscarles y...— Sacando la llave de mi bolsillo, siento como Hoseok bufa y se acerca a mí para darme un golpe en mi cabeza. —¡¿Que haces?!

—¿Te mareaste?— asiento. — Te pasa por estúpido. — Yo le miro de mala forma y él tironea un mechón de mi cabello, yo me quejo. — Un día antes de enfermarte me devolviste ambas cosas, no sirves para mentir.

—¿Podrías dejar de tratarme como cual crío de Kínder? Las personas nos están mirando. — Le pido en un murmullo mientras me toco el lugar donde me propinó el golpe.

— Es que hombre, no haces caso cuando te dicen que debes de quedarte haciendo reposo. — Vuelve a regañarme.—¿Que cojones hacías?

— Supe que Im Joy necesitaba verme, es decir, quería ver su progreso. — Admito la verdad. — Pero solo ha sido una sola paciente, ya estaba yéndome y mi plan hubiera funcionado a la perfección de no ser por ti.

Hoseok se cruza de brazos y me inspecciona como si buscará alguna señal de que estoy mintiendo, pero solo es la verdad. Y también debo de admitir que jamás le mentiría a él, puesto que mi vida corre riesgo al tener un Jung Hoseok molesto.

— Venga, acompañame hasta la sala. — Él parece aceptar mis dichos y me toma de mi brazo.

—¿Y si están los demás? No quiero ir. — Me niego.

A Hoseok le vale tres hectáreas y me lleva con él y para ser sincero, no tengo fuerzas para resistirme, así que me dejo llevar por él, quién sonríe para quienes le saluden, y yo hago lo mismo.

Medicinal Love [ Jeon JungKook +18 ]. FINALIZADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora