CAPÍTULO ESPECIAL.

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JungKook entra al departamento que comparte con Seunmi, realmente se sentía cansado y quería dormir al menos un par de horas antes de ponerse a estudiar para el próximo examen que tenía en puerta.

Ser padre con 18 años no es algo fácil, pero sin duda alguna, no cambiaría nada. Hye Kyo es su pequeña princesa, con sus abracitos y besos mojados lo hacen sentir que todo el sacrificio vale la pena.

Sería un médico del cual su hija pueda estar más que orgullosa.

— Seunmi, he llegado. — JungKook le avisa mientras cierra la puerta detrás suyo. — Oye, sé que hemos discutido antes de irme, pero ¿adivina qué?— El pelinegro comienza a caminar por la pequeña sala de estar que hay y sonríe por sí mismo. — He promocionado y no debo de cursar hasta el próximo cuatrimestre, es una menos. Por eso mismo he salido más temprano.

JungKook deja su mochila en el sofá y frunce su ceño. ¿Dónde estaba Seunmi y su hija?

Con un pequeño presentimiento en su pecho, el pelinegro corre hasta la habitación que ocupan y dónde la cuna de Hye Kyo está situada de igual forma.

—¿Seunmi?— Llega hasta la habitación y mira hacía todos lados. — Oye, mujer. Esto no es gracioso.

Y nada. No hay nadie.

Caminando con apresuro, JungKook llega hasta la cuna de Hye Kyo quién está sentadita y juega con una pequeña muñeca de trapo que Jimin le regaló. Él la tomó en sus brazos y la abraza con fuerzas, besa su cabeza y deja que su peculiar aroma lo tranquilice de cierta forma.

—¿Seunmi?— Vuelve a llamarle mirando hacia todos lados. —¿Que haces tú aquí sola, cariño?— Mirando a Hye, le pregunta antes de darle un beso en su nariz respingada.

La pequeña Jeon le sonríe mostrando sus pequeños dientitos, los cuales comenzaron a salir a sus siete meses de nacida.

Él la arropa y Hye Kyo dejó su cabeza en el hombro de su padre sintiéndose segura.

JungKook vuelve a caminar hasta la cuna de Hye y allí mismo ve una carta, frunce su ceño y la toma sintiéndose, de repente, un poco mal.

Mirando hacia todos lados, se cerciora una vez más de que Seunmi no está y camina lentamente hasta la cama y se sienta, Hye pide salirse de sus brazos y cuando la deja sobre el colchón, la pequeña se recuesta y juega sola.

JungKook le mira y sonríe apenas. Volviendo su atención a la carta, sus manos temblorosas proceden a romper el sobre y allí se encuentra con una hoja doblada en dos.

No podía ser cierto.

JungKook siente cómo su mundo se cae en cuestión de segundos cuando lee; «No puedo».

« Lamento que las cosas se den así, pero yo no puedo hacer un papel del cual aún no estoy preparada, JungKook.

Siento que estoy mintiéndote a ti y a Hye Kyo. No me siento lista para ser madre, créeme que intenté crear un vínculo con ella, pero siempre te prefirió a ti más que a mí y no la culpo, porque es solo una bebé que no entiende muy bien las cosas.

Ambos sabemos que lo nuestro venía estupendo, pero esto... Joder. Arruinó todo...»

¿Acaso estaba llamando a Hye un error? JungKook aprieta su mandíbula con molestia. Pero sigue leyendo.

« Estoy por cumplir 18 años y sé que somos muy chicos para esto. Quizás tú te sientas listo, pero yo no y debo alejarme si quiero mí felicidad.

Ojalá algún día sepas entender mí postura, Hye Kyo merece a alguien que sepa cómo cuidarle, y si no eres tú tampoco... Busca ayuda con alguna persona que sepa hacerlo como se debe. »

— Antes muerto que dejar a Hye. — JungKook susurra sintiéndose dolido.

« Lo siento, es todo lo que tengo por decir.

Adiós JungKook. Por favor, no me busques. »

El chico siente como lágrimas se escurren por su rostro, incapaz de soportar las miles de sensaciones en su cuerpo, tapa éste y suelta un sollozo desconsolado.

¿Qué haría él solo junto a Hye Kyo?

JungKook mira nuevamente a Hye quien sonríe solo para ella misma, su inocencia le dolía tanto que no sabía cómo carajos hacer para seguir. Es su hija, el amor más puro que pudo conocer. ¿Por qué carajos hizo algo así?

Tomando su móvil del bolsillo de su pantalón, marca a Seunmi y está le manda al buzón de voz rápidamente. Vuelve a hacerlo y es lo mismo.

Cinco veces. Cinco malditas veces.

Tirando el móvil en la cama, él se tira hacía atrás y vuelve a tapar su rostro llorando como todo bebé.

Pero JungKook no estaba solo.

Una pequeña manito se posa en su mejilla húmeda, su sollozo se ve interrumpido cuando Hye Kyo se sube encima suyo y esconde su cabecita en la cuenca de su cuello, ella balbucea cosas inentendibles, pero parece hablarle.

JungKook la encierra en sus brazos y la abraza tanto como puede.

Jamás la dejaría, nunca lo haría. Es su bebé, su tesoro más preciado.

— No es momento de caer, JungKook.— Susurra para sí mismo.

Debía permanecer fuerte, debía hacerlo porque ahora solo son ellos dos contra el mundo.

Si debía esforzarse el cuádruple o hasta el quíntuple, lo haría sin importarle algo más que su bienestar. Hye Kyo merece hasta lo más simple y mejor del mundo.

— Te amo, princesa.— Susurra mirándola con sus ojos cristalinos.

Hye Kyo lo mira y nuevamente lleva sus manitos hasta las mejillas de JungKook y deja un beso torpe en su boca y luego en su mejilla. Él sonríe por ello mientras nuevas lágrimas caen.

Van a poder juntos.

Es una promesa que cumplirá hasta el fin de sus días.

Aferrándose a su único soporte, JungKook se da la vuelta y se ubica mientras que Hye juega con sus cabellos negros, él cierra sus ojos al sentir las dulces e inocentes caricias que le da su hija.

Hye mira fascinada a su padre y se acomoda mejor para sentir el calor tan agradable de él.

La pequeña no sabía qué sucedía, ni siquiera sabía porque su padre lloraba, pero inconscientemente sería el mayor soporte de JungKook.

Lo lograrían juntos

Medicinal Love [ Jeon JungKook +18 ]. FINALIZADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora