TREINTA Y TRES

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JungKook.







Me cago en la madre que me parió y en el Demonio que está mirándome fijamente en algún lugar de mi habitación.


Hace tan solo una hora atrás me encontraba durmiendo plácidamente junto a Sebin, ella estaba abrazándome y yo disfrutaba de su calor, pero cuando la fiebre comenzó a subir y ya no pude quedarme en la cama, me levanto y juro que jamás he sentido tanta vergüenza en mi vida.



Mis piernas flaquearon, caí al suelo de bruces y las lágrimas buscaban salirse, pero las contuve.



Realmente odio estar así, tan inútil y débil que tengo ganas de solo despertar de esta pesadilla.




- Déjame ver tu fiebre, cariño. - Sebin se sienta de mo lado y saca el termómetro debajo de mi axila.- Casi llegas a 38, ¿Por qué no te das una ducha?




- Porque si me levanto, voy de nuevo al piso. - Confieso aturdido. Con suma lentitud, me voy acostando hacía atrás hasta dejar mitad de mi cuerpo en la cama. - Y no quiero eso.




- Pero yo estoy aquí para ayudarte, JungKook. - Su rostro aparece en mi campo de visión. Algunos cabellos suyos casi rozan mi cara y el pequeño comezón me hace arrugar la nariz. -No eres débil por necesitar ayuda, todo el mundo la necesita aunque sea una vez en su vida.






- Estoy acostumbrado a ser yo quien ayude a los demás, siempre me he arreglado yo solo. Desde pequeño fui muy independiente y ahora...- Acallo mis palabras y suelto un suspiro ahogado. - Y ahora me siento un inútil por ni siquiera soportar unos inyectables de porquería.




- JungKook, salvamos vidas porque es nuestra vocación y lo elegimos para siempre, pero dime, ¿Quién te salva a ti? - Sus palabras me dejan en el aire. Siento un apretón en mi pecho, de esos que te dan cuando sientes la necesidad de llorar.




Mirándola fijamente, me permito inspeccionarla con cautela. Ella tiene un lunar debajo de su ojo izquierdo, uno en el arco de sus labios y sus pestañas son largas y pronunciadas, una boca comestible y facciones delicadas. Es perfecta para mi.





- Tú. - Me atrevo a susurrar. Siento mis ojos arder y Sebin solo puede sonreír a lo grande y se acerca a mí.



Nuestros labios se unen una vez más, cierro los ojos disfrutando de su sabor, su mano se posa en mi mejilla y me da leves caricias. Me siento a salvo, por primera vez alguien me hace sentir así. .





-¿Sabes? Eres mi doctor preferido. - Ella murmura apenas separándose y muerde mi labio inferior.




-¿Solo yo?- Pregunto robándole un beso. Ella asiente. - Me gusta, me gusta.





Y aunque ella esté dispuesta a responderme, un móvil suena haciéndome gritar mi rostro hasta la almohada que ocupa Sebin. Ella saca dicho artefacto debajo de ésta y se acuesta de mi lado.




Yo quiero no mirar, porque no me incumbe, pero la curiosidad me gana y apenas volteo para checar de lo que trata y el nombre «Woonseok» aparece en la pantalla. Puedo distinguir muy bien la foto de un chico, por lo que carraspeo y muerdo el interior de mi mejilla al sentirme...




Jodidamente celoso.




« Hola preciosa, ¿Estás despierta? Me siento aburrido sin ti aquí en Guardia. »




Medicinal Love [ Jeon JungKook +18 ]. FINALIZADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora