TREINTA Y CINCO.

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JungKook.





18:00PM.





—¡Hye Kyo!— Le llamo desde abajo. A los segundos puedo sentir como la puerta de su habitación se abre y cierra en cuestión de segundos. — No bajes corr— Pero al demonio mi advertencia.                                                                                                                                                                     

 Ella viene casi bajando de dos en dos los escalones, lo hace con tal rapidez que cuando se trastabilla en el penúltimo escalón, mi corazón se frena y por unos momentos, casi que me veo llevándola a guardia  .

Soltando una pequeña risita, vuelve a recomponerse y yo solo puedo cruzarme se brazos y una de mis cejas se enarca.

—¿Has visto eso? Casi me caigo. — Me dice apuntando dónde prácticamente casi compra un pequeño terreno.

— Claro que lo vi. — Mi tono sale algo molesto. Ella deja de sonreír y baja su mirada. —¿Cuántas veces te he dicho que no andes como loca por las escaleras?

—¿Con esta? Creo que llegaste a las mil ya. — Me responde encogiéndose de hombros. — Lo siento, no volveré a hacerlo.

¿Está mal decir que no le creo en lo absoluto? Porque es que, Hye Kyo es de las primeras en andar haciendo travesuras y cuando menos me de cuenta, quizás y hasta me vendió la casa por Internet.

— Haré como que te creo.

—¡Papá!— Chilla molesta. —¿Que necesitas?

Yo me doy la vuelta dispuesto a sentarme en la mesa principal, pero un mareo me ataca y tambaleo en mi lugar. Intento tranquilizarme cuando me doy cuenta que cada vez es más fuerte y ese reconocido dolor en el pecho me hace inspirar con fuerza.

Hye se da cuenta de esto, por lo que no duda si quiera un segundo en acercarse hasta mí y aferrarse a mi cintura abrazándome, como si intentará poner fuerzas para que yo no caiga.

—¿Estás bien? ¿Quieres que llame a alguno de mis tíos? Porque si estás poniéndote enfermo yo no sabré que hacer si te pasa algo, papá. — Sus palabras se ven atropelladas, sus ojitos se vuelven cristalinos y no reprimo las ganas y la abrazo con fuerzas.

— Tranquila cariño, que son los efectos de mi enfermedad y el tratamiento. — Le digo con media sonrisa de por medio. — Estoy bien, pero quiero hablar algo contigo.

Hye comienza a separarse de mi con lentitud, ahora ella tiene un rostro como si hubiera hecho algo.

— Papá, sé que a ti te gustaba ese jarrón que te regalo la abuela, pero sin querer tire la pelota muy fuerte y cayó y...

¿Que hizo que?

Yo miro en la dirección dónde debería estar dicho jarrón y efectivamente, había desaparecido.

Era un regalo traído de Estados Unidos, además de que adornaba muy bien el mueble y me gustaba.

285 dólares tirados a la basura.

Yo toco mi sien y aquí es donde suelto un suspiro y cuento mentalmente hasta diez. Comienzo a mentalizarme en la paciencia que tuve que armarme a lo largo de los años gracias a Hye Kyo.

— Eso no es lo que tengo por decirte. — Ella suelta un suspiro de alivio y sonríe autosuficiente. — Pero eso no quita que luego de esto, tendremos una larga charla sobre tus juegos con la pelota dentro de la casa. ¿Okey?— Exasperado, le digo con algo de rapidez.

Medicinal Love [ Jeon JungKook +18 ]. FINALIZADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora