47. ¿Estás bien?

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Pov Levi

Habíamos ganado pero ¿a qué precio? Estábamos rodeados de destrucción a nuestro alrededor. Tendríamos que estar acostumbrados, ¿no?

-Capitán Levi, hemos encontrado a Kenny- dijo un soldado 

-¿Dónde?-

-En el principio del bosque-

-Entendido, gracias-

Quería ver a t/n, estaba preocupado por su estado, ya que, desde que volaron todos esos trozos de carne la perdí la pista. Pero tenía que dejar a un lado esos sentimientos, necesitaba respuestas. Respuestas que llevaba esperando toda mi vida y ahora debía hacer a contrarreloj. 

Cuando llegué al bosque me encontré con un hombre roto, la mitad de su cuerpo estaba quemado y muchos de sus huesos magullados. Era sin duda su final. 

Comencé a hablar con él. Notaba que tenía ganas de hablar conmigo y contarme parte de su historia, su pasado. 

-¿Qué eras para mi madre?- pregunté 

No sabía cuanto tiempo le quedaba, debía darme prisa. 

-Su hermano mayor- rio escupiendo un poco de sangre

-¿Me apellido Ackerman?-

-Si..no culpes a tu madre. Allí abajo era mejor que no supieran mucho de nadie. Se vivía mejor sin duda.

-¿Porqué me abandonaste?-

-No estaba hecho para ser un padre, intenté enseñarte a sobrevivir y veo que hice bien, pero no podía ocuparme de ti- 

En ese momento saco de su bolsillo una caja y me la puso en el pecho. Era una inyección del suero que te convierte en titán. La había estado guardando y ahora en sus últimos segundos me lo había ofrecido. 

-Cuida de tu chica...

-Kenny...

No respondía. Había muerto. Mierda. 

Caminé de nuevo hasta el cuartel. Tenía una sensación extraña en el pecho. Como si estuviese enfermo. 

-Hange...-

-Leviii- dijo feliz- espera, ¿estás bien?- 

-Si...Kenny ha muerto- 

Ella me miró seria y luego sonrió levemente y me tocó el hombro. 

-Entonces ya lo entiendo, lo siento mucho Levi- 

-No me tienes que pedir perdón por la muerte de un criminal, ¿Dónde está t/n?-

-En la enfermería-

-¿Está bien?-dije preocupado 

-Si tranquilo, sólo un rasguño- 

-Vale, te veo luego- 

Me dirigí a la enfermería, no me estaba dando cuenta que estaba corriendo hasta que llegue a la puerta y me tuve que frenar en seco.

-¿Puedo pasar?- dije abriendo un poco la puerta

-Adelante- 

Cuando crucé el marco un poco de la sensación que tenía se había desvanecido al verla. Una t/n despeinada por los vendajes de su cabeza, con los ojos semicerrados producto de sonreír con todas sus fuerzas me saludaba alegre al verme. 

El médico estaba en la habitación pero en ese momento me daba igual la posición de capitán en la que me encontraba, necesitaba abrazarla. 

-Menos mal que estas bien...- dije acercándome a ella 

-Estar bien es relativo, he cortado trozos enormes de carne volando por los aires- 

Me reí. 

-Tienes razón, estas fatal- 

Se rio y miró al doctor que se encontraba en la habitación como avisándome por si no lo había visto. 

Me limité a separarme levemente del abrazo y darle un beso en la mano. Ella se puso roja. Extrañaba verla así. 

-¿Cuánto tiempo debe estar aquí, doctor?-

-Pues ya he acabado su informe y no necesita más tratamientos, puede irse cuando quiera. 

Que alivio. Estaba bien después de toda esta locura. 

-¿Quieres que te acompañe a tu habitación?-

-Claro- sonrió 

La ayudé a levantarse, dimos gracias al doctor y nos fuimos hacia el pasillo. Estaba nervioso. Sentía como si no la hubiera visto desde hace años. Tenía ganas de abrazarla, acariciarla, estar pegado a ella pero no podía. 

-T/n...- dije nervioso 

-Dime capitán-

Me paré en seco y me acerqué a su oído para que nadie pudiera oírnos. 

-Me gustaría pasar tiempo juntos, si tu quieres...- 

Estaba muy nervioso. La he propuesto cosas otras veces y he sido incluso más directo y pícaro pero esta vez sentía que era diferente. Tenía esa sensación de enfermedad aún y supongo que se me estaban juntando emociones. 

-¿Dónde quieres ir? Es difícil estar solos rodeados de soldados de la legión- rio

-¿Mi habitación?-

Ella se sorprendió pero automáticamente sonrió tranquilizándome.

-Vamos- 

Se que no estábamos haciendo nada malo pero sentía que debía actuar en los pasillos, ponerme más serio de lo normal. Hacer como si no me estuviese llevando a una cadete a mi habitación. 

Cuando llegamos entramos y cerré la puerta tras de mi. 

Ella fue directa al baño y se miró al espejo. 

-¿Porqué no me avisas que estoy despeinada?-

-Tienes una brecha en la cabeza- 

-¿Y?- rio 

Me acerqué a ella por detrás y la miré a través del espejo.

-Si sigues mirándome así creeré que te gusto- repitió lo mismo que la dije en la cueva

Me reí levemente y me acerqué aún más. Apoyé mi pecho en su espalda y cuando estábamos pegados la abracé por detrás posando mis brazos en sus caderas. Ella tuvo un escalofrío, supongo que por estar tan juntos. Suspiré y coloqué mi cabeza en su cuello. 

No me encontraba bien, no se porqué. Por fin estaba con ella a solas y sentía un dolor muy fuerte en el pecho. 

-¿Estás bien?-

No sabía que la necesitabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora