88. ¿Quién eres?

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La puerta se cerró. Me levanté rápidamente pero estaba paralizada. Unos pasos se acercaron lentamente a mí.

-¿Quién eres?-

No hubo respuesta, sólo una risa corta. Por la silueta y la voz sabía que era un hombre. 

Intenté retroceder pero me choqué contra la mesa. Estaba atrapada y el miedo no me dejaba ni gritar. 

Cerré los ojos, esperando que fuera un sueño, esperando no estar aquí. 

El hombre apoyo sus brazos alrededor de la mesa dejándome sin escapatoria. Su rostro estaba lo suficientemente cerca como para notar su respiración en mis mejillas. 

-Por fin estoy cerca tuyo- se rio 

-¿Quién eres?-

-¿Eso importa?- volvió a reír- 

En ese momento recordé la nota que encontré en mi bolsillo y la extraña voz antes de ver a Historia. 

El hombre se acercó a mi oído produciéndome un escalofrío para nada agradable. Mi cuerpo temblaba y a él parecía gustarle. 

-Erwin esta muerto por tu culpa-susurró

Mis ojos se cristalizaron. El hombre se alejó y prendió una vela. 

-Tu...- dije sorprendida

-¿Sorprendida?- se rio 

-¿Floch... pero porqué?

-Venga no te hagas la tonta, tal vez con el capitán funcionó pero no conmigo- volvió a acercarse

-¿Tú me escribiste ese papel? ¿El que estaba en mi bolsillo?- dije con miedo 

Se acercó y me levantó el mentón con sus dedos.

-Tal vez- me miró fríamente y comenzó a sonreír- ¿Estás llorando?-

Me sequé las lagrimas y le miré seria. 

-Yo no maté a Erwin- 

-Si tu no te hubieses dedicado a zorrear, el capitán no tendría que haber decidido entre tres personas. Aunque no quiero que me malinterpretes Armin tiene la misma o casi la misma culpa que tú- 

-¿Zorrear?-dije molesta 

-Si zorrear- dijo agresivamente acercándose a mi cara quedando a pocos centímetros- Si eras así de fácil...¿porqué? ¿porqué mierda él? PORQUÉ LO HAS ELEGIDO A ÉL-Pegó un golpe en la mesa

Se alejó un poco y volvió a mirarme sonriéndome.

-¿Te acercaste a él por su rango? ¿verdad? Yo no soy suficientemente bueno para ti ¿Es eso? Te van más los comandantes, capitanes...¿Cómo podría yo interesarte?- 


¿Floch estaba interesado en mí?


-¿Desde cuando?- pregunté

-¿No lo notaste? No te hagas la tonta. El día que nos conocimos, en el comedor... ese día me sonreíste con la sonrisa más sincera que nadie nunca me había hecho. Te preocupaste por mi, por mi vida. Eras tan... tan perfecta...- rio levemente- Siempre tan feliz, tan enérgica. Cada vez que me veías me sonreías y aunque siempre me rechazabas cuando te decía de dar algún paseo yo sabía que en realidad si querías- Su mirada tornó seria- Entonces es cuando lo noté... dormías en su habitación, cómo le mirabas y cómo el tenía un trato especial contigo a pesar de ser tu capitán. A pesar de que debía comportarse, dar ejemplo- pegó un golpe en la pared- MIERDA 

Comencé a temblar de nuevo, ¿qué quería de mí?

-¿Tiemblas?- rio y se acercó de nuevo- Tranquila t/n...sé que en realidad te gusto más- sus manos se posaron en mis muslos y comenzó a subirlas mientras su cara se acercaba a mi cuello- Yo te lo haría mejor-  comenzó a morderme el cuello 

Estaba muy incomoda pero sus manos me apretaban cada vez más los muslos para que no pudiese salir. Sentía una presión en el pecho, quería gritar pero no me salía la voz. 

-Para...-susurré como pude 

Su lengua comenzó a lamer mi piel  llegando al borde de mi sujetador y yo sólo podía llorar. 

-Para-

-Venga t/n... Ahora soy un miembro honorifico de la legión, mi lucha ha servido para la salvación de la humanidad- Me arrancó la chaqueta- ¿NO TE GUSTABAN LOS RANGOS?- me rompió la camisa dejando mi ropa interior al descubierto- Acaso, ¿no tengo el mismo derecho que el capitán de disfrutarte?- 

Me quitó lo que quedaba de camisa y me tapé rápidamente el muñón. 

Le miré con rabia. 

-¿Crees que podrías llegar a gustarme?- me reí- No podrías llegar a ser ni una pizca mejor que el capitán Levi- le escupí

Sus ojos transmitían odio. Respiró profundamente y comenzó a reírse. 

-¿Ah no? ¿Quieres verlo?- 

Me tiró agresivamente encima de la mesa y agarró mi brazo dejándome completamente inmóvil. Colocó su cuerpo encima del mío dejando mis piernas abiertas. 

-Veo que sabes escupir- se rio lascivamente- nos vendrá bien para después- 

Comenzó a morder mi cuello mientras me acariciaba un pecho. Comencé a llorar. ¿En qué momento no era capaz de defenderme sola?

Se acercó a mi boca y comenzó a besarme. Aunque mis labios estaban cerrados el lamía por fuera riéndose. 

Tenía que hacer algo, era mi oportunidad. 

Abrí mi boca dejando introducir su lengua y dejé de resistirme. Cuando se relajó lo suficiente le mordí lo más fuerte que pude el labio produciendo que gritase y se alejase de mí. 

-JODER, MALDITA ZORRA- escupió sangre y comenzó a reírse- Ahora entiendo porqué te tapas el muñón, no quieres enseñar lo débil que eres, ¿verdad?-

El pomo de la puerta comenzó a moverse. Un rayo de esperanza inundó mi pecho. 

-¿T/n? ¿Estás aquí?- 


No sabía que la necesitabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora