Capitulo 9

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—Matt, no sabes cómo me siento, en estos momentos.

—Keyla, debes hablar con él, es lo más sensato, aunque su madre, te dijo lo que dijo, quien mejor que él te de las explicaciones. Debes saber que por lo que he escuchado, ella quiere traer a la joven aquí al palacio, esta semana, para formalizar tal acuerdo de compromiso.

—Creo que, en la noche, hablare con él, a la hora de sus medicamentos, pero si es así como me lo comentas no puedo hacer más nada, ese trato con esa familia, además yo no soy de aquí y dentro de unos tres meses nos vamos.

—Si, eso es cierto, bueno solo ustedes sabrán. cuenta me como te fue.

—Matt, si hubieras ido, no regresas más a Jerusalén, hay muchas mujeres hermosas, y tú que eres un enamorador empedernido.

—Cuenta me mas, —reímos, pasamos toda la tarde conversando sobre mi viaje a las tierras del sultán, cuando escuchamos que nos llamen es Tiberias —Buenas tardes jóvenes, se le ha llamado a una reunión con los médicos y su majestad en la biblioteca.

—Gracias, iremos enseguida.

Camino a la biblioteca, acompañada por Matt, se me notaba el nerviosismo, sé que, al verlo, me sentiré peor, Matt se detiene y se coloca frente a mi—Keyla por Dios, la mujer más temida por las enfermeras, siente nerviosismo por un hombre, lástima que no puedo grabarlo, es un momento memorable. Amiga tranquila estaré contigo, solo respira un poco y se tu misma.

Entramos al lugar, se encontraban los médicos de Balduino, Paul que al verme se levantó de su puesto, Tiberias y por supuesto Balduino.

—Buenas tardes a todos, nos necesitan—dijo Matt

—Buenas tardes, pueden tomar asiento—Balduino nos indicó con su mano, nuestros lugares.

Tiberias inicia hablando—Los hemos reunidos por dos razones muy importantes, la primera es agradecerle a la joven Keyla, por su excelente labor en las tierras del Sultán Saladino, nos ha enviado una carta de agradecimiento y espera pronto su visita, nos ha comunicado que el medico Paul, se quedara con nosotros unos días para ayudarnos con la salud de su majestad. En ese momento interrumpe Paul—Los médicos del Sultán, ha quedado muy satisfechos por el trato y sobre todo por los conocimientos de la joven Keyla, su majestad debe estar usted muy orgulloso porque tiene una gran persona y una excelente médico.

—Gracias Paul, la valoramos mucho, en mi palacio es muy importante—Veo como me observa, sus ojos son tan penetrante, que veo sinceridad en él, y un poco de tristeza

—Ahora me dirijo a usted joven Keyla, no existen los imposibles para ti y siempre demuestras que puedes lograr lo que te propones. Mereces mi admiración, respeto y apoyo para que sigas avanzando, puede confiar siempre en mí.

—Muchas gracias Paul, me alegra saber esto—Pero en eso Balduino nos interrumpe.

—Tiberias, puedo seguir con el siguiente punto—Veo un poco de incomodidad en él, sé que me ha estado observando, en toda la reunión.

A lo que Matt me codea y me dice en secreto­—celos!!

—Si su majestad, los médicos de su majestad, solicitaron hablar con ustedes jóvenes Matt y Keyla, ya que tiene varias inconformidades.

—gracias Tiberias, en estos dos días, que la joven Keyla, ha estado fuera del palacio, debo recalcar que ha sido un poco más llevadero, para llevar nuestro trabajo, con respecto a su majestad. Por eso hemos solicitado esta reunión, para solicitarle a su majestad que le de baja a la joven Keyla, una opción sería enviarla al pueblo a que atienda los enfermos, o bueno escuche la solicitud del Sultán. Creo que nosotros somos más capaces que ella, para atenderlo, no posee habilidades ni mucho menos un poco de trato ni respeto a nosotros.

La Fecha del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora