Capítulo 17

307 20 5
                                    

—Mi amor, mi bella y hermosa Keyla, espérame unos minutos, debo revisar unos documentos, y te prometo que te dedicare toda la tarde.

—te parece si te cocino algo, para el almuerzo?

—Seria para mí un honor degustar tu comida mi bella dama, solo que  necesito algo más de ti.

—si claro, que necesitas? lo que pidas

—Necesito uno de tus besos y sentir tus brazos abrazándome, no sabes cómo sufro todos los días pensando en ellos, las noches se me hacen aún más largas pensando en tus labios.

—y tú siempre tienes la costumbre de aparecerte en mis sueños!!!

se acercó a mi despacio, tomo mi rostro con sus dos delicadas manos, sentir el tacto de las suyas en mi rostro, se acerca y me besa, como nunca lo había hecho, sus besos acariciaban mis labios, aun con un poco de deformidad por mi enfermedad, los acariciaba de forma más tierna, podría morir en este instante, rodeo mis brazos a su cintura, ella se coloca de puntillas para poder abrazas mi cuello, sus besos son lo más mágico, cuando se separa de mí, y me dice

—creo que mejor, voy a la cocina, si no me quedo aquí

—Por mí no hay problema, puedo vivir de tus besos.

—Por favor (ríe con mi comentario), de verdad quiero cocinarte, y así terminas de hacer  tu trabajo.

—Me estas regalando el día más hermoso que he vivido.—La beso nuevamente, y dejo que se retire a la cocina, mientras termino de encargarme de algunos asuntos del palacio, y de la paz de nuestro pueblo, sé que no hemos tenido buenos momentos, pero lograremos que todo se mantenga como hasta ahora. Debo resolver cuanto antes lo de mi supuesto matrimonio, ahora más que nunca debo hacerlo.

—Su majestad, disculpe, pero la joven Amelie solicita hablar con usted

—Dígale que pase.

—Buenas tardes, su majestad disculpe que lo interrumpa, pero me urge hablar con usted.

—Si, claro tome asiento, la escucho

—No puedo casarme con usted, me disculpa, pero no lo amo, amo a otra persona, y esa persona es Matt, puede si quiere enviarme a la horca por tal confesión, pero moriré en paz, sabiendo que no he engañado al rey de Jerusalén.

Río y ella me mira confundida por mi reacción—joven Amelie, no la mandare a la horca, se de sus sentimientos por Matt, y los de el por usted, yo al igual que usted siento lo mismo, debemos terminar con esto ,sé que mi madre está metida en todo esto.

—Si su majestad, disculpe que le diga esto, pero amenazo a mis padres que si no ofrecían mi mano a usted perderían todo, y serian expulsados de Jerusalén, mis padres nos le quedo más que aceptar, ellos saben todo lo que siento por Matt  y hace unos momentos me querían retener para que no viniera hablar con usted y contarle todo esto.

—le agradezco su sinceridad, dígale a sus padres que no se preocupe, que tal cosa no pasara, y que arreglare todo para que nuestro supuesto matrimonio no pase, solo deme tiempo que arregle todo.

—Muchas gracias, es el mejor rey, no tendré vida para pagárselo, me retiro.

Veo que se retira, pero le digo —Amelie, solo le pediré algo

—si dígame majestad

—Le daré el privilegio de contarle todo a Matt, él no se encuentra muy bien en estos momentos por la noticia, el la ama mucho, y con esta noticia lo hará muy feliz.

—Así va hacer, muchas gracias.

.......

La boda se va a realizar porque se va a realizar, sé que pronto voy a morir, y necesito asegurarme de que mi hijo tenga a la mejor mujer con él, no aquella mujer, espero que los planes que tengo resulten, de ser así moriré en paz.

Ya hable con los padres estúpidos de Amelie, no han manera de que se nieguen, están acostumbrados a una vida de lujos, por caprichos de su hija no correrán el riesgo de  perder todo.

Mis planes funcionaran lo sé, iré por un poco de té.

....

Me encuentro terminado, un cordero relleno, con  vegetales salteados, al igual tengo un dulce en el horno, para terminar con el menú, cuando escucho unos pasos acercarse y una voz en tono de reclamo.

—Que significa esto, que hace aquí mujer?

—Buenas tardes, sr. Inés, me encuentro haciéndole el almuerzo a su majestad.

—Para ti soy, su majestad, y que pretendes enamorarlo, estas loca si voy a permitir eso, que una mujer cualquiera como tú se case con mi hijo el rey poderoso de Jerusalén. solo mírate puedes tener belleza, pero eres una simple y común mujer.

Solo me quedo callada, y trato de ignorar a esta mujer, sus palabras de odio hacia mí. Cuando siento sus manos en mi brazo—Imbécil te estoy hablando a ti.

Siento como me da una garnatada tan fuerte que hace que me caiga al suelo—Tienes que tener respeto por mí, mujerzuela ramera.

—Madre, pero que es esto, que te sucede es la medico de mi hermano, él lo va a saber lo que acabas de hacer.

—Sybilla, no te metas en lo que no te incumbe.

—Keyla te encuentras bien? Madre de verdad nunca cambiaras, nos haces siempre daño, y solo vez tu conveniencia.

—Ramera, esto no se acaba aquí, pronto sabrás de mí, y mejor que te mantengas alejado de mi hijo, si no te ira peor, lo juro. No serás la que arruine todo lo que trato de terminar de arreglar, Sybilla por eso tu matrimonio ha sido un fracaso, porque eres una mujer tan débil. No olvide lo que te acabo de decir ramera.










La Fecha del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora