Impossible || Loki || #1

six

Holly

Me paré a servirme espagueti,  mientras mi mente seguía dándole vueltas a la idea de que él podría ser el extraño chico de mi sueño. Era absurdo, lo sabía, pero algo en su actitud me parecía familiar. Claro, jamás lo había visto y no es que yo viviera en Nueva York, simplemente no encajaba como un ciudadano común.

Pero entendía el sentimiento de no tener a dónde ir o a dónde correr, de sentirte perdido. Por eso una parte de mí quería ayudarlo aunque otra gritaba que tal vez estaba cometiendo un error monumental.

¿Y si era un asesino?, ¿un secuestrador?, ¿un terrorista militar como los de los encabezados?

Volteé a verlo, mi absurda lógica de lanzar una moneda al aire no había funcionado en absoluto.

Dejé el plato unos segundos en la barra y solté un suspiro de frustración. Mordiéndome el labio serví otro plato de comida obligando a mantenerme en el presente. Ya habría tiempo para volver a pensar en mi situación actual.

—Hice espagueti con albóndigas, ¿gustas?—pregunté intentando sonar normal, sin embargo mi voz tembló un poco.

Vamos, Holly.

Ya lo dejaste quedarse, lo decidiste con una moneda. Ahora levanta la cabeza y úsala más seguido.

Loki alzó la mirada como si cada uno de sus movimientos estuviera previamente calculado, su expresión era una mezcla de superioridad y fastidio.

—No, ahora no me apetece—habló con un tono tan formal que parecía que me estaba haciendo un favor al responder. Sin embargo, su estómago gruñó delatando su verdadera respuesta, una sonrisa se formó ente mis labios.

— Bien, retiraré el plato— dije estirando la mano.

—No te ofendas , pero es algo insignificante con lo que estoy acostumbrado a ingerir.

—Pues no comas — respondí encogiéndome de hombros, si iba a actuar arrogante no me iba a esforzar en complacerlo.

—Comeré porque así como tú, yo también conozco la lástima y me compadezco de ti —me arrebató el plato de las manos y lo acercó a la mesa— me quedaré aquí un corto plazo hasta cumplir mi objetivo y no voy a buscar un lugar fuera, necesitaré unas cosas que me conseguirás y traerás, como por ejemplo, el dinero.

Solté una carcajada, ¿realmente escuché bien?—. ¿Perdón?, ¿hablas del dinero que me darás?, ¿piensas que cae de los árboles?—volví a reír— eso no lo conseguiré yo, lo harás tú.

—¿Esperas que me rebaje a tus insignificantes labores humanas?— negó como si lo que yo había dicho fuera enternecedor—no sólo el dinero, también otras cosas.

—No se cómo le harás pero me tienes que pagar, no gastaré mi paga en ti. Si crees que es fácil entonces alquila un apartamento para ti.

Mi paciencia se estaba desvaneciendo con cada palabra que soltaba.

—No, puesto que no se qué clase de barbaridades estás diciéndo, además necesito la ayuda de alguien y tú cumples las expectativas— alcé mi ceja—. Eres...adecuada, manipulable, parlanchina, una mortal promedio.

Levanté mi ceja decidiendo si debía estar ofendida o halagada ante aquello que había soltado como bomba.

—Wow, gracias por tus halagos. Tú sí sabes como ganarte a las personas—comencé a picotear mi plato y comí un poco, al mismo tiempo que el lo hacía, aunque cada bocado parecía más una obligación que un placer.

—Te daré las gracias por las migajas porque tengo valores, mortal—lo miré confundida, eran dos veces las que me llamaba mortal, ¿migajas, ¿quién se cree?, realmente creía que no pertenecíamos al mismo mundo.