Impossible || Loki || #1

thirty five

Suspiré señalándole la playa que estaba frente a nosotros y él miró todo con detenimiento. No sabía si le agradaba o no, pero era lo mejor que se me ocurría para una charla civilizada y nocturna.

No había un solo ruido que no fuera el de las olas del mar, y las luces de los faroles le daban un toque que lo hacía especial.

—Bien, estamos aquí, hablemos—dije esperando escuchar lo que tenía que decir y él dirigió su mirada ahora a mí.

Loki

Al ver a la mortal bajo la luz de la luna y esperando que iniciara mi discurso el estómago se me apertujaba. Me lamentaba por haberme ido a Asgard, por haber roto la confianza que ella había depositado en mí y dejarme llevar por mis emociones. Claramente no había marcha atrás y no podía regresar el tiempo a pesar de que quisiera.

—No se por donde empezar—dije y ella desvió su mirada de mí para posarla en la arena.

—Puedes empezar por el inicio—arrugó su nariz y seguido alzó sus hombros esperando a que yo hablara, pero era difícil hacerlo. La verdad era más confusa de lo que creía, ni si quiera yo terminaba de comprenderlo del todo, no sabía si me creería o no.

—Esa tarde, cuando me fui, me dejé llevar por mi enojo y finalmente me entregué a tus compañeros de la base para ser devuelto a Asgard, no faltó mucho para que todos me encerraran y me hicieran cumplir mi condena— guardé silencio unos segundos y luego continué—. Mi condena es equivocarme, mortal, es tomar decisiones incorrectas y cometerlas una y otra vez sin parar, incluyendote.

Un nudo se formó en mi garganta pero al ver que ella quería hablar levanté mi dedo para que me dejara continuar con aquello antes de que me arrepintiera.

—Me interrogaron, me torturaron, me hicieron pagar cada cosa que hice en el pasado, a pesar de mis intentos de redención, Odín no se opuso, nadie lo hizo. Aquello no me recuerda nada más que me encontraba solo en ese momento, sin embargo, con tu recuerdo pude soportar el dolor, pude soportar el encierro. —Pasé saliva sin querer continuar con aquello, pero debía hacerlo— cuando te dije que me dabas la fuerza para enfrentar a quien fuera no mentía, medité lo que sucedió y lo tonto que fui al dejarte ir aquél día, por no escucharte, por ser impulsivo, así que me armé de valor y huí, pude huir de aquel lugar con ayuda de madre Frigga después de decirle que lucharía por ti, pero eso fue solo el inicio de todo. Unos guerreros extraños me detuvieron al salir del palacio y me retuvieron para vigilar mis movimientos, con ellos estaba una bruja, una Volva, la reconocería incluso si estuviera ciego, ella dijo que todo aquello lo había previsto, que incluso Odín la había consultado para conocer el futuro hace mucho tiempo y por eso no me había detenido él.

Mi mente se transportó a aquéllos momentos y cerré los ojos sintiendo el escalofrío que me había provocado la profecía que la bruja me había encomendado.

—Ella me mantuvo a su lado hasta que fuera prudente poder regresar y que se asegurara de que la profecía pudiera cumplirse como el futuro lo marcaba. Cada intento de huida ella lo conocía, cada estrategia, cada movimiento. Mortal, el tiempo fue mi peor enemigo, yo ya no podía pasar un minuto más sin saber de ti, sin tener noticias sobre ti, se que te hice daño, pero lo quise enmendar, sin embargo solo me mantuvieron cautivo, fui nuevamente un peón que querían jugar a su antojo.

Suspiré y me dirigí a la orilla del mar para ver cómo aquello mojaba hasta mis tobillos y dudaba entre si contar lo que la Volva había dicho de la profecía o no.

—Lo siento—dijo en forma de susurro y se acercó a mí para tomar mi mano y darle un apretón mientras entrelazaba sus dedos con los míos. Aquello había sido el gesto más sincero que me había dado desde que nos habíamos reencontrado. Por los golpes no la culpaba, también lo habría hecho si fuera ella. La traicioné al romper nuestra promesa de no más impulsos, traicioné su confianza dudando de su palabra. Era claro que no me perdonaría fácil, pero lo hizo, ella perdonó lo que hice, pero nada de eso me importaba si ella no me correspondía nuevamente. No la había recuperado como esperaba, ella creía que no la quería buscar, que solo la abandoné y ya.