Impossible || Loki || #1

three

Lo mire varias veces analizando si en realidad era él, y en efecto era Clint Francis Barton, mi mejor amigo de la infancia.

—¿Holly?, ¿Holly Gisella Smith?—me miró sorprendido y parpadeó varias veces seguidas.

— La misma en carne y hueso—sonreí y él no me dejó terminar .

—¡¡Holly!!—se me abalanzó y me abrazó durante varios segundos—¡mira como has crecido duendecilla!, Tu cabello es más rojo de lo que recordaba, y esas pecas, cada vez hay más —alcé mi ceja sonriendo.

— Digo lo mismo, ya no eres el Clint Barton que conocí , ahora estás más alto, fuerte y ya no eres la tabla que recordaba —reí.

—Claro que no, ya soy más...guapo—me guiñó un ojo y reímos mientras caminábamos sin algún rumbo.

— Si, sobre eso...—reí y me volteó a ver con su mirada asesina.

—¿Qué te trae por aquí?—preguntó y nos sentamos una banca de Central Park .

— Ya sabes, el trabajo—sonreí mientras una ráfaga de aire ponía el ambiente más melodramático.

—Oh...¿Y de qué se supone trabajas?, ¿decidiste ser exploradora del mundo? —negué y golpeé su hombro levemente.

—No, sabes que eran muy pocas las opciones que tenía para estudiar. Había poca producción de dinero y salí del orfanato sin un solo peso en los pantalones.

—Lo lamento, olvidaba que después de lo de tus padres habías quedado ahí. Pensé que un familiar se haría cargo de ti y tu hermano.

—Bueno, Axel y yo siempre fuimos unidos hasta que conoció al amor de su vida, se olvidó completamente de mí y no quiso saber de mi existencia.

—Quiero que olvides eso por un momento, fue una pregunta tonta de mi parte.

—Tranquilo, cada vez duele menos. Respondiendo a tu pregunta, soy ingeniera en mecatrónica, no se parece en nada a mi sueño de diseñar vestidos, pero ahora puedo diseñar otras cosas como Robots —le sonreí tratando de ver el lado positivo de la situación.

—Sé que se te daban muy bien esas cosas desde que diseñaste un traje de abejita para que combatiera el crimen en las calles de Texas —reí recordando eso. —Lamento que no hayas podido seguir ese sueño.

—Tú lo dijiste, era un sueño, la realidad con frecuencia es más decepcionante, pero es la realidad.

Metió sus manos al bolsillo tal vez nervioso por lo que acababa de decir y decidí romper aquel silencio que se iba formando entre nosotros.

— ¿Tú sigues trabajando para... ya sabes?—susurré lo último debido a que tenía entendido que trabajaba en una asociación secreta.

Bueno, secreta, lo que se decía secreta no era puesto que yo lo sabía, pero Barton me había advertido mil y un veces que era un secreto que debía mantener. Fue lo último que supe de él antes de mudarme a Los Ángeles.

—Sí, creo que estaré ahí por un largo tiempo hasta que me aburra o me terminen echando —dejó escapar una risa.

—Recuerdo cuando eras un palo de escoba y no te podías defender solo, dale gracias a que siempre había alguien con nosotros que nos salvase—sonreímos.

—¿Dónde te estás quedando ahora?

— ¡Oh!, en un hotel que paga la empresa —asintió—¿supongo que tú en una base?

—Algo así. Es el lugar donde paso más tiempo, pero hace unos cuantos meses que conseguí una casa fuera de todo esto.

—Me da gusto saber que estás bien, Barton.