Impossible || Loki || #1

nine

Salí de mi habitación ya vestida y tomé mi bolso, asimismo agarré  mi libro que acababa de comprar junto con su separador. Esperaba tener tiempo para leerlo en alguna parte que no fuera mi casa, porque con la presencia de Loki no me sentía tan tranquila.

Bajé al revisar la hora en mi nuevo reloj y darme cuenta que ya iba a destiempo, probablemente John ya estuviera esperando impaciente en la entrada.

Al llegar a la planta baja Loki esperaba cerca de la ventana, me acerqué a él temerosa pero decidida y tomé su brazo.

—Iré al trabajo  y tú tendrás que salir —lo jalé hacia la puerta y ambos salimos. —Si no quieres volver excelente, pero espero que sea una decisión definitiva. Un gusto conocerte y darte el privilegio de ser mi casi asesino, señor amante de las amenazas—cerré la puerta con pestillo y le sonreí nerviosa.

Casi podía sentir mi corazón salirse del pecho, pero lo había hecho.

—¿Sabes que puedo volver a entrar, no?—habló con una sonrisa en el rostro, apenas y había puesto resistencia, aquello debía parecerle gracioso.

—Sí, pero no lo harás porque llamaré a la policía ahora largo, ve a molestar a otra persona que no sea yo—mentí sobre la policía y caminé a paso lento por el pasillo pero sin mirar atrás un solo segundo.

—¿Qué se supone que haré aquí?, ¿vigilar como un espantapájaros?—me giré para mirarlo por encima del hombro.

—No lo sé. Sé creativo, pero no te quiero dentro del apartamento mientras yo no esté presente.

—¿Me estás diciendo que la bestia que crías se puede quedar ahí dentro y yo debo estar fuera?, ¿eso es justo?—asentí y seguí caminando al ya no escuchar nada salir de su boca.

Bajé en el elevador y tomé un taxi, pues no recordaba que John no pasaría por mí por instrucciones de Adam.

Las industrias Stark me recibían siempre con un aire de tecnología brillante y ese aroma tan familiar a artefactos mecánicos.

Tomé el elevador y subí hacia mi área de trabajo, sin embargo al entrar Pepper me recibió con una mirada sorprendida.

—¿Holly?...Pensé que no vendrías—sonreí confundida.

—¿Hay alguna razón por la que no vendría al trabajo? —tomó unos cuantos papeles y luego se acercó a mí.

—Tony salió por un asunto importante, creí que te había enviado algún mensaje a tu teléfono—apreté mis labios.

Bueno, si no hubiera estado tan ocupada luchando por mi vida contra un tipo loco de traje tal vez lo hubiera leído.

—Debí haberlo apagado ayer, de hecho, apenas estoy haciendo uso del reloj y...eso —me rasqué la nuca un poco nerviosa.

—No te preocupes, suele suceder. Mira, estoy por atender un evento por Tony en estos momentos, pero puedes tomar el material que necesites y Jarvis anotará todo aquello que lleves a casa, los juguetes son tuyos.

Me sonrió y salió por la puerta antes de que puediera responderle siquiera.

—Gracias—susurré una vez que se marchó y comencé a observar el lugar en busca de lo que iba a necesitar. Pepper había empleado perfectamente la palabra juguetes, pues así se sentía entrar a una juguetería enorme.

Tomé el material necesario, que realmente no era mucho, la mayoría se trataba de papeles que me ayudarían a poner a prueba el experimento, mañana le explicaría a Tony mis ideas y mis resultados.

Al final decidí ya no tomar taxi y caminé de regreso al hotel. Quería hacer todo el tiempo posible antes de llegar y afrontar mi realidad, pero como si el universo estuviera conspirando en mi contra, me encontré a Barton por segunda ocasión en mi estadía aquí.